Por Pegaso
Hoy diré quién es mi favorito para ganar las elecciones, pero antes, un sesudo análisis en torno al proceso electoral que recién se inauguró.
Luego de mi vuelo por la estratósfera me puse a analizar el arranque de las campañas políticas de partidos y candidatos.
Me pareció mucho más bulliciosa y bullanguera la del PAN, a pesar de que lo hicieron a la media noche. Como que estar dentro del presupuesto da un empuje extra y hace que todo luzca más y mejor.
Por el contrario, en el acto de arranque del PRI se notaron muy apagados, medio forzadones en sus discursos. Hace falta la enjundia de aquellos candidatos priístas de hueso colorado que se aventaban un choro de media hora para prometer mil y una cosas que después no cumplían o que se les olvidaba.
Esos viejos priístas, los dinosaurios, ya no están al frente de las campañas, se han hecho a un lado o se han ido a MORENA. Han dejado el trabajo pesado a la chaviza, y éstos tienen la posibilidad de rescatar lo que queda del partido o pasar desapercibidos.
Por el lado de MORENA, se nota, realmente se nota la austeridad. Tanto así que le sacan la vuelta a los medios de comunicación porque tal vez piensan que todos se miden con la vara del dinero.
Sin embargo, como ya se ha demostrado en muchas ocasiones, quien no le invierte no obtiene ganancias, y en el caso de las empresas de comunicación, es su negocio y el servicio que prestan tiene un costo.
El PAN, como ya lo dije, va en caballo de hacienda.
Si no se confían, van a ganar la mayoría de los escaños. Si se confían, ¡aguas! porque los desconocidos y grises candidatos de MORENA pueden llegar a dar la sorpresa.
Yo por eso prefiero ver los toros desde la barrera. Hay compañeritos que se han alistado como jefes de prensa de distintos candidatos, y es muy respetable porque sólo están prestando un servicio profesional, pero al final quedan etiquetados como panistas, o perredistas, o priístas.
Hay que recordar que el periodista está comprometido con la imparcialidad y con la verdad. Es como la Cruz Roja. No está ni a favor de un bando ni del otro, porque de lo contrario, perdería su esencia.
Termino mi colaboración de hoy diciendo que mi favorito para ganar estas elecciones es… ¡Tan, tan, tan, taaaaaannnnn!
¡La ciudadanía!
Sí, en efecto. Yo espero que sea el ciudadano el gran vencedor en esta contienda política, que a final de cuentas ganen quienes tengan la mayoría de votos y que éstos no hayan sido producto del fraude; que los triunfadores resulten buenos candidatos, que no se olviden de sus promesas y que regresen de vez en cuando a tapar algún bache o a gestionar el arreglo de algún caído.
Termino con el dicho estilo Pegaso: «Posee mayor valoración en este sitio aceleró su marcha que en este lugar pereció». (Más vale aquí corrió que aquí murió).