Por Pegaso
Salió la convocatoria para la preciada estatuilla dorada «El Pegaso de Oro».
Como saben mis dos o tres lectores, «El Pegaso de Oro» es una presea que se entrega al término de cada elección constitucional, ya sea para Presidente de la República, Gobernador, diputados federales, diputados locales y senadores, y se le otorga al candidato más lépero, el que usa el lenguaje más florido e imaginativo.
La primera edición de éste prestigiado certamen lo ganó, cómo no recordarlo, el dilecto y fino amigo Gustavo Cárdenas Gutiérrez, quien a su paso por Tamaulipas barrió con todos sus opositores a quienes llamó «ratotas», «cabrones» e «hijos de sú».
Luego vino ela rrasador triunfo de «El Bronco», cuando ganó la gubernatura de Nuevo León.
En el proceso electoral pasado fue el actual Pejidente, Andrés Manuel López Obrador quien se llevó a su casa la imaginaria estatuilla, gracias a frases tan ingeniosas como: «Apúrate, ternurita, porque te alcanza Margarita».
Ahora, sin embargo, no alcanzo a ver a algún aspirante que se distinga por su léxito travieso y chimengüenchón.
Tal vez, quizás, Francisco Javier Garza De Coss, quien de repente se le salen algunas expresiones picarescas. El candidato del PAN por el Distrito 06 podría darnos la sorpresa.
Por su parte, el candidato también panista, pero por el Distrito 07, Beto Lara, más bien tiene un discurso direccionado hacia la reivindicación sindical.
Alguien que se puede colar podría ser el candidato priísta por el Distrito 05, Mauricio De Alejandro, porque ya durante la Convención de Delegados donde salió designado precandidato nos dio una muestra de su fantástico vocabulario. «Quiero que me recuerden como un candidato chingón»,-dijo.
Por parte de MORENA yo esperaría un tanto de la candidata por el Distrito 07, Isabel Pizaña Navarro, ya que durante la primera administración de la doctora Maki, en los dos años, fue la que más se distinguió por participar, y en ocasiones se le salía algún exabrupto, cuando defendía con pasión el punto de vista de su partido.
No conozco a la mayoría de los otros candidatos. Tal vez al Pachín Carranza, pero no lo conozco por ser mal hablado, soez u ordinario.
«El Pegaso de Oro», como ya ha ocurrido en anteriores ediciones, lo obtendrá aquel candidato o candidata (Nota de la Redacción: Obsérvese que nuestro colaborador sí respeta la equidad de género) que se destaque por utilizar términos coloquiales de fuerte impacto, vulgarismos, obscenidades y leperadas en actos públicos de campaña.
Por lo anterior, los sinodales elegidos puntillosamente por el Consejo Consultivo de Pegaso (CCP), darán su veredicto, que será inapelable.
La presea se hará llegar de manera simbólica y virtual al afortunado triunfador.
No será necesario que se organice una gala, con alfombra roja, pasarela y toda la cosa, como ocurre en los Óscares o en los Arieles. Eso ya pasó de moda.
Lo cool ahora es hacer la entrega de manera virtual, así que al término del proceso electoral se hará del conocimiento público y el ganador obtendrá todos los laureles, pasando así a formar parte de la galería de hombres ilustres, merecedores de tan codiciada estatuilla.
Como dice el dicho estilo Pegaso: «¡A proporcionarle, que es guiso consistente en porciones de tejido muscular de cuadrúpedo ungulado de nombre científico Sus scrofa doméstica adicionado con variedad de pimientos y especias!» (¡A darle, que es mole de olla!).