Por Pegaso
A diferencia de México, en Bolivia sí ganaron los fifís.
Tras catorce años en el poder se le acabó el corrido a Evo Morales.
Indígena aymara de pura cepa, su cara de huarache y su peinado de raya en medio se volvieron famosos a nivel mundial.
Gobernó Bolivia desde el 22 de enero del 2006 y renunció al cargo el 10 de noviembre del 2019, aunque aún le faltaba como un año para terminar su mandato.
Luego de todo ese tiempo de estira y afloja por parte de los intereses conservadores, finalmente se vio presionado por la Organización de Estados Americanos a dimitir.
Por ahí circuló un video de su hermano en redes sociales, quien iba bien sentadito en un avión con rumbo a Miami, con las bolsas llenas de dólares para pasar unas morrocotudas vacaciones en aquel paradisíaco Estado de la Unión Americana.
Se ve cómo la raza lo abuchea y él nada más hace pucheritos, porque siendo de izquierda el Gobierno de su hermano, no se le perdonó que gustara y disfrutara de los lujos que ofrece el capitalismo.
Evo Morales, el ahora ex presidente, se reeligió dos veces y triunfó en un referendo.
En el 2005 ganó la Presidencia de su país con el 53.74% de los votos, lo que lo convirtió en el primero en lograr la mayoría absoluta. También tuvo mayoría en el Congreso.
Una de las primeras acciones, ya en el poder, fue reducirse el sueldo y el de los funcionarios de su Administración ya que según la ley ningún empleado público puede percibir un salario mayor al del Presidente (¿Dónde he oído esa frase?¿Dónde?)
En el 2006 fue a una ceremonia en las ruinas de Tiahuanaco donde fue coronado como Apu Maliku o “líder supremo” por los pueblos indígenas de Los Andes. (Creo que eso no pasa en México).
En el 2009, durante su primera reelección obtuvo el 64% de la votación. (En verdad él no quería reelegirse, porque había dicho que no era esa su intención, pero el perverso pueblo lo obligó a hacerlo).
En el 2008 se sometió a un referendo y obtuvo una votación del 67%, histórica.
En la tercera, realizada en el 2014, ganó con un 63.36%, y así quería seguir el angelito, reeligiéndose per secula seculorum mientras el necio pueblo se lo pidiera.
Pero como también allá se cuecen habas, lo agarraron en el fraude electoral y lo obligaron a dejar la Presidencia con una asonada militar.
Aquí, en México, estamos muy lejos de eso.
Nuestro amado Pejidente ALMO, quien participó en tres comicios en busca de la Presidencia de la República, obtuvo apenas el 35.29% en el 2006 y el 32.61% en el 2012, aunque él insistió en que le habían hecho chanchullo.
Por ejemplo, en el 2006 se “cayó” el sistema y ¿saben quién era el Secretario de Gobernación? ¡Manuel Bartlet, el actual Director General de la Comisión Federal de Electricidad!
Finalmente, en el 2018, logró ganar la elección con el 53.19%, casi el mismo porcentaje de Evo Morales en su primer período de gobierno (53.74%).
Los fifís y conservadores de Bolivia lograron quitar del Gobierno a don Evo después de 14 años en el poder.
Aquí apenas llevamos uno, pero no se ve que haya señales de asonada militar o intenciones de la mafia del poder de pedir la renuncia del Pejidente ALMO.
Los cárteles están bien tranquilitos, haciéndoles piojito a sus cabecitas de algodón; la gasolina está bajando, los comerciantes respetan los precios, no hay división entre partidarios y contrarios, sino que todos se quieren rete harto; abundan los medicamentos para cancerosos y tuberculosos, hay bastantes guarderías y todos traemos harta lana en los bolsillos.
En fin, aquí estamos en el paraíso, no como los pobrecitos bolivianos que están pasando las de Caín.
Concluyo mi colaboración con el dicho estilo Pegaso: “Si observas tajar el tejido piloso inframaxilar de tu morador contiguo, es recomendable que coloques el propio a humedecer”. (Si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar).
Posdata: Evo Morales será recibido en México, donde se le dará asilo político y se le recibirá con los brazos abiertos, tocando el Himno Nacional mexicano y el boliviano.