Por Pegaso
Andaba yo volando allá, sobre la plaza principal Miguel Hidalgo, viendo el gentío de gente que había sobre la explanada y a lo largo de la calle peatonal donde, según los últimos cálculos de Protección Civil, eran más de 22 mil fulanos y fulanas.
A fin de darme un baño de pueblo, bajé para mezclarme con la raza mahuacatera, pero ¡no lo hubiera hecho!
Intenté llegar hasta el templete para la prensa que se colocó enmedio de la plaza, pero me fue imposible, ante el tumulto que impedía dar siquiera un paso.
Intenté por otro camino, esta vez pegado a la banqueta de la calle Hidalgo, entre el café La Estrella y el hotel San Carlos, pero duré casi 40 minutos en caminar 60 metros.
Había gente empujando, niños llorando, padres desesperados, jovencitas quejándose de que les arrimaban el camarón y les hacían el colofox, pero a final de cuentas logré trasponer la muchedumbre. Le pedí chance a un amigo que estaba cuidando la valla y ¡vaya que me dejó pasar! A final de cuentas me ubiqué en la parte de atrás donde tocaban los músicos, donde podían tomarse esplándidas fotografías panorámicas.
No sé si en verdad fueron 22 mil personas las que entraron a ver el show musical y a participar en el grito, pero la verdad es que nunca había visto yo tal cantidad de personas reunidas en la plaza.
Alguien me dijo que era porque se presentaba una banda llamada Calibre 50 o algo así.
Como a mí no me gusta la horrible y estridente música sinaloense, me retiré del evento inmediatamente después que la doctora Maki dio el grito de independencia.
Pasé por un ladito de donde estaba el camión que transportó a la famosa banda musical y vi pegaditas, como las moscas a la miel, a varias «buchonas» ataviadas con ajustados jeans que dejaban adivinar sus ebúrneas protuberancias.
El término «buchona», para los que no lo sepan, se refiere a aquellas mujeres jóvenes que se operan nachas y bubis y se quitan todas las lonjitas de la cincunta para verse exuberantes.
Total, el evento de conmemoración del 209 aniversario del inicio de la Independencia de México fue multitudinario.
Quizás observaría la necesidad de una mejor organización, puesto que esta vez la cantidad de asistentes rebasó las expectativas.
Hoy andaré en el desfile, así que si me ven volando, salúdenme, raza, no sean gachos.
Nos quedamos con la frase picaresca mexicana que dice a la letra: «¡Mantenga los signos vitales el país denominado República Mexicana, machos cabríos!». (¡Viva méxico, cabrones!)