Por Pegaso
¡Pegaso urgente!
Hoy, que el mundo está al borde de la guerra, recuerdo aquellas memorables frases escritas en este mismo espacio, frases que debían conservarse grabadas en letras de oro en algún lugar destacado del Museo de Louvre, o de perdis en el Museo Metropolitano de Historia de Nueva York.
Dije: El nuevo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será el hombre que apriete el botón de la Tercera Guerra Mundial (NOta de la Redacción: Pegaso, esta vez te sacaste un díez).
Y es que andaba yo volando allá, cerca de la estratósfera, donde las hondas hertzianas se escuchan más clarito y sin tanto comercial, y las primeras imágenes que captaron mis pizpiretos ojos fue la escena del bombardeo norteamericano a Siria, con el apoyo de Francia e Inglaterra.
Todo aquello se ve re gacho. Con la noche de Damasco como fondo, las intensas luces que recorren el espacio dan un toque tenebroso y apocalíptico.
Se supone que la alianza encabezada por los gringos advirtió al gobierno sirio de abstenerse de desarrollar armas químicas y nucleares, pero creo que les valió madre y lo siguieron haciendo.
Ahora bien, tras el bombardeo, Putín, el más putín de los presidentes rusos, lanzó una seria amenaza: «O le paranov a su pedovsky o va a haberich pedovsky»,-dicen que dijo don Vladi.
Yo recuerdo hace algunos ayeres, cuando era un pegaso chaval… (Nota de la Redacción: ¡Uhhh, ya llovió y volvió a llover!)
Decía que cuando era un puberto, los amiguitos del barrio se reunían para practicar algunos divertidos juegos tradicionales mexicanos.
Uno de ellos se llamaba «Declaro la guerra».
Cada uno de nosotros adoptaba el nombre de algún país y se pintaba un círculo dividido de acuerdo con el número de participantes.
Todos estaban pisando la porción de círculo que les correspondía. Uno empezaba diciendo: «Declaro, declaro la guerra en contra de…(aquí decía el nombre del país que tenía la persona que más gorda le caía), y todos salían corriendo en diferentes direcciones, hasta que el primero se plantaba de un brinco en el centro y decía: «Stop».
Enseguida, se medía con pasos la distancia que había alcanzado cada uno de los «países» y el más cercano era eliminado.
El juego continuaba hasta que no quedara ninguno.
Pero esto que estamos viviendo hoy no es ningún juego. El Trompas está dispuesto en serio a apretar el botón de la Tercera Guerra, y de ahí nadie nos va a salvar.
Ahora caigo sobre la razón del malhadado muro fronterizo. Lo que quiere el nazi es que tropas de países enemigos no entren por la frontera de México, ya que difícilmente lo harían por el Atlántico o el Pacífico, y menos por Canadá, porque allá siempre está haciendo un pinche friazo.
En realidad se está preparando para la guerra, una guerra que hasta donde mi pobre intelecto alcanza, la ha estado preparando desde antes que andiviera en campaña para la Presidencia de su país.
Por eso, aquí nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: «¡Haz extraído un segmento rectangular elaborado con pasta de madera solidificada, blanqueada y adicionada con goma, utilizada para imprimir códigos relacionados con un sorteo o rifa!» (¡Ya sacaste boleto!)