Por Pegaso
Me lo contaron. No me consta.
Dicen que al término de la rueda de prensa del PRI, el lunes pasado, los diligentes periodistas que acudieron a la convocatoria hecha la Presidenta del Comité Municipal, Olga Garza, tuvieron que pasar un trago amargo.
Aseguran que hubo comentarios ofensivos tanto de parte de la dirigente como de la candidata a diputada local, Myriam Cruz.
Ya se disponían los tundeteclas a echar mano de una botana que habían puesto en la mesa, cuando escucharon la siguiente expresión: “¡Qué!¿No les dieron de almorzar en la otra rueda de prensa?”
Con esto se referían a la conferencia de prensa que una hora antes presidió el candidato de MORENA-PT, Carlos Peña Ortiz.
Esto me recordó la forma en que el ahora Gobernador y entonces Presidente Municipal de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca llegaba a los eventos donde se habían preparado bocadillos.
Cuando veía que la raza periodiquera estaban entrándole duro, les decía, con esa su sonrisilla burlona: “El hambre es canija, ¿verdad?”
Hay entre los políticos y funcionarios de la vieja guardia la creencia generalizada de que los periodistas somos unos muertos de hambre.
Al menos así lo tomaron los compañeros que estuvieron en la desafortunada rueda de prensa del pasado lunes, en el Comité Municipal del PRI.
Creo, sin temor a equivocarme, que esa mala imagen viene de muchos años atrás. Yo recuerdo que allá, en la década de los ochenta, tanto la UAT, como el Sindicato de Pemex y el Gobierno del Estado armaban unas comilonas de miedo, donde había de todo.
Don Juanito Ramos, ya fallecido, aprovechaba para llevarse algunos bocadillos en las bolsas y degustarlos en la tranquilidad de su hogar.
Había, y posiblemente todavía hay, compañeros que se lanzan como gato al bofe cuando ven algún apetecible ambigú, pero eso tiene una explicación práctica: Los comunicadores de a pie, los que andamos todos los días en la refriega, debemos aprovechar cualquier oportunidad para tomar energías y poder seguir adelante con nuestra función, que es de 25 horas al día (Nota de la Redacción: Le hicimos la observación a nuestro colaborador de que el día solo tiene 24 horas, a lo cual respondió: “¿Y la de descanso?”)
No es mi caso. A mí, mi Pegasita no me deja ir a la chamba si no he almorzado algo. Pero como de improviso hay algún desayuno con personajes de la política o de gobierno, seguro que no le hacemos el feo. Sobre todo si la invitación es de buena voluntad y no tiene connotaciones burlescas, como las que observaron mis compañeros periodistas en el PRI.
Hay quienes mencionaron que la pichicatez de Olga Garza se debe a que su partido no cuenta ni siquiera con un presupuesto mínimo para tener atenciones con los medios de comunicación, cuando antes era el que más publicidad pagaba. Cuando tenían a su disposición los recursos del Gobierno Estatal y el Municipal.
Pero como todo se acaba, ahora les duele hasta gastar en unos pinches sándwiches de jamón con su chesco. ¡Y todavía se atreven a echarlo en cara a los sufridos y ninguneados compañeros que tuvieron la generosidad de ir a cubrir el evento que, con todo, es de a grapa!
Yo ya no iré a las ruedas de prensa del PRI. No vaya a ser que me digan que soy un muerto de hambre.
Por su mezquindad en una de esas, perderá incluso el tercer lugar que hasta el momento conserva en las preferencias electorales y será superado por el Movimiento Ciudadano y su astronauta Juan Carlos Zerchupe.
Nos quedamos con la frase estilo Pegaso, cortesía de El Peje: “¡Aplica celeridad, pequeña terneza, puesto que te rebasará Margarita!” (¡Apúrate, ternurita, que te alcanza Margarita!)