Por Pegaso
Tiene razón mi amigo “El Cachas de Oro” cuando dice que debemos anticiparnos a lo que se viene, que es lo más fuerte del COVID-19.
En muchos sentidos, el mexicano deja siempre todo al último, a la improvisación, y por eso nos va como nos va.
Veía yo en Internet videos de cómo varios de los países que han logrado salir adelante en esta pandemia pudieron contener su avance.
Algunos, mediante el uso generalizado de cubrebocas, para evitar que las gotitas de saliva no fueran a parar a las mucosas de la persona que estba al lado; hay países que implementaron un programa de detectives de la salud, con el afán de ubicar a los portadores asintomáticos y aislarlos, antes de que contagiaran a otros. Y así, cada Gobierno ha puesto en marcha estrategias diferentes. Los que se quedaron al margen y el coronavirus los agarró desprevenidos, están pagando las consecuencias.
“El Cachas de Oro”, uno de mis más críticos lectores, dice lo siguiente en torno a la necesidad de actuar de inmediato, antes de que la pandemia nos agarre como al “Tigre de Santa Julia”, zurrando:
En mi opinión personal, ya se debe de estar pensando en habilitar un «Centro de Mando» para estar listos para una contingencia de FASE III y FASE IV.
Con equipos, accesorios, materiales, insumos, equipos de radio, computadoras, herramientas, medicamentos, personal de guardia, fuentes de energía eléctrica, vehículos con GPS, antenas de radio propias, ambulancias, drones, maquinaria pesada, operarios, médicos y especialistas.
No que a la mera hora las computadoras no tienen el mismo sistema operativo, cables por todos lados, no hay extensiones o los cables están «pelones» no hay pinzas o desarmadores, garrafones con agua en el suelo, se terminaron los alimentos antes de tiempo, no hay gas, los vehículos no traen gasolina, no hay llaves de repuesto, se robaron la llanta de refacción, etc, etc.
Hay quien va a querer tomar decisiones pero no conoce nada de seguridad o logística y aún así quiere mandar y decidir qué hacer.
La burocracia «dorada» será una carga para la toma de decisiones, ya debe de estar el «Centro de Mando» con una planificación sobre el acontecer en las siguientes semanas o meses. PERO YA…
O bien, como mínimo realizar un simulacro de logística operativa para estar instalados en 24 horas para prever como resolver una situación real.
Un «Centro de Mando» en un espacio amplio que pueda albergar al menos a 500 personas con experiencia suficiente en simulacros y contingencias, para auxiliar a la población.
«Cachas de Oro».
Gracias, “Cachas de Oro”, por esta valiosa y chipocluda información. Espero que la lea el Pejidente o si no, que alguien se la haga llegar hasta su despacho de Palacio Nacional, o donde ande en estos momentos.
Termino, como siempre, con el refrán estilo Pegaso: “A la senectud, Variola minor”. (A la vejez, viruela).