AL VUELO/ Manifiesto

Por Pegaso

Yo, Pegaso, en pleno goce de mis facultades físicas, mentales e intelectuales emito el siguiente manifiesto, esperando que lo lean, analicen y adopten todos los Países del Planeta para que la Raza Humana pueda prevalecer, con todos sus defectos y virtudes, con dudas y soluciones, con amor y desamor… (Nota de la Redacción: Nuestro colaborador prosigue durante las siguientes tres cuartillas, pero como el texto es muy similar a la canción “Hoy voy a cambiar” de Lupita D’Alessio, preferimos evitarnos demandas futuras por parte de la “Leona Dormida”.)

Decía pues que este Manifiesto tiene como objetivo hacer conciencia en los líderes políticos y en los grandes potentados económicos de ambos hemisferios.

Si Putin, El Trompas, doña Angela Merkel, Trudou, Xi Jinping, Jean Castex, Shinzo Abe, Boris Johnsson y otros jefes de Estado, así como el Presidente de la ONU, de la UNESCO, de la OMS, de la CIA, el FBI, la Interpol, la KGB, el M16, el HEB y otras entidades de alcance mundial están leyendo esta humilde colaboración, tomen nota:

CONSIDERANDO:

I.- Que el COVID-19 surgió en China a mediados de noviembre del año pasado. Luego de algunos meses, el mundo ha resentido un grave quebranto económico y más de medio millón de vidas se han perdido.

II.- Que esa es la primera parte de la pandemia. Falta el rebrote. Se espera que en la temporada fría del 2020, el coronavirus se junte con la influencia estacionaria y multiplique los casos de morbilidad y mortalidad.

III.- Que el mundo tardará muchos años en recuperarse de esta catástrofe. Tan sólo en México se perdieron más de dos millones de empleos y han quebrado miles de pequeñas y medianas empresas.

IV.- Que la población mundial tendrá un sensible decremento: Número uno, por las muertes a causa del coronavirus, y número dos, porque desde el inicio de la pandemia ya nadie quiere refocilarse para fines de procreación, por miedo al contagio.

V.- Que por culpa de un pinche chino que esa mañana amaneció con antojo de murciélago en caldo, a la Humanidad se la está cargando el payaso.

VI.- Que actualmente no existen leyes, solo protocolos para actuar en caso de pandemia.

Por lo anterior, yo propongo:

Primus. Que las cortes internacionales legislen para que se haga una Ley que permita actuar rápidamente y contener cualquier tipo de infección con potencial pandémico que aparezca en cualquier país del mundo.

Secundus. Que esa ley sea obligatoria para todos los países.

Tertius. Que todas las naciones aporten para un fondo mundial que sirva para atender las pandemias o cualquier catástrofe global.

Cuartus: Que se instalen algoritmos informáticos en los motores de búsqueda como Google para conocer de la manera más inmediata posible cuándo y dónde surge una infección con potencial pandémico.

Quintus. Que todos los países actúen de inmediato en cuanto se detecte un foco sospechoso, que se declare la cuarentena obligatoria y de la manera más estricta posible para evitar que la enfermedad se disemine por las ciudades y países vecinos.

Sextus. Que si existe negligencia por parte del país donde surja la enfermedad y si dicha negligencia es causa de la expansión mundial de la infección, el citado país se haga responsable, pague las pérdidas económicas e indemnice a los familiares de los fallecidos.

Sólo de esa manera podremos contener las siguientes pandemias.

El presente manifiesto no solo se puede aplicar a las pandemias. Si, por decir algo, hay una invasión zombie, también se pueden aplicar recursos del Fondo Mundial para adquirir kits de sobrevivencia o buscar una vacuna.

Y si un meteorito amenaza con impactar la Tierra, podríamos fabricar con toda esa lana una nave tipo Arca de Noé que pueda surcar el espacio rumbo a Marte o Venus.

Ahora que si los polos se derriten por el calentamiento global, sería posible comprar un chorro de minisplits para enfriar un poco el medio ambiente.

Háganme caso, líderes del mundo. No hay por qué esperar a que se nos venga el próximo Apocalipsis.

Mientras lo consideran, ahí les va el refrán estilo Pegaso: “Es más valioso precaver que deplorar”. (Más vale prevenir que lamentar).

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