Por Pegaso
Tras mi vuelo vespertino me vine derechito a mi búnker para seguir investigando sobre el fenómeno del neonazismo, sólo que ahora le toca el turno a nuestro país, donde, en últimas fechas, han surgido pequeños grupos de supremacistas que se creen diferentes de los chaparros, prietos y feos mexicanos.
Uno de esos grupos llamado «Aguilas Blancas» se juntan los miércoles en la glorieta del Metro Insurgentes, en la Ciudad de México para realizar algunos rituales.
También se hacen llamar «criollos». Y por ejemplo, una oración de la mujer criolla es la siguiente: «Señor: Gracias por darme la bendición de nacer blanca, y aunque me hiciste nacer en este país de nacos, ruego por tener el orgullo de hacer que nuestra raza crezca pariendo en un futuro a un niño blanco. Amén».
La mayoría de las personas que han adoptado esta ideología neonazi son chavos de colonias fifí, como Lomas de Chapultepec, Santa Fé, Coyoacán, Polanco, Satélite, El Pedregal y Tecamachalco. Se distinguen por ser hijos de las más rancias familias, tener la tez clara, el pelo rubio y los ojos de color.
Y como las «Aguilas Blancas», hay por lo menos otros nueve o diez grupos repartidos en territorio nacional. Sus discursos son siempre de odio hacia quienes consideran inferiores, es decir, al resto de los mexicanos nopaleros, nacos y botijones.
Oigan, ¿y saben cuándo empezaron a surgir en México estos grupos neonazis? ¡Sí, claro! ¡Durante los dos sexenios del Partido Acción Nacional!
De hecho, se dice que los integrantes de las «Águilas Blancas» son hijos de encumbrados políticos panistas.
A últimas fechas los nazis mexicanos están fortaleciendo a otro partido llamado Partido Nacional Socialista de Camisas Pardas, cuyo objetivo es lograr el registro oficial ante el INE.
Los integrantes del mismo se asumen como los «soldados de la esperanza» porque consideran que México es de los mexicanos y que el Gobierno ha entregado al país a los extranjeros, por tal motivo hay que luchar para echarlos del país.
Y aunque la mayoría han leído el libro «MI Lucha» de Adolfo Hitler, no están de acuerdo con todas las ideas ahí vertidas, sino más bien se consideran herederos de los Caballeros Águila y Caballeros Tigre aztecas, aunque también se sienten orgullosos de su herencia europea.
Basados en una torcida lógica nacionalista, los grupos de odio mexicanos están ahí, ocultos, esperando el momento para salir del clóset y manifestar abiertamente sus intenciones.
Por lo pronto, ¿quién no conoce la historia de El Yunque, el brazo nazi del PAN?
Recapitulando. La svástica nazi está presente en México con grupos como las «Águilas Blancas», «Orgullo Criollo», «El Yunque», los «skinheads» y otros menos conocidos que tienen sus bases en Monterrey y Guadalajara.
Quéndese con el refrán estilo Pegaso: «¡Interrumpan mis signos vitales, ya que estoy en proceso de perder la vida!» (¡Mátenme, porque me muero!).