Por Pegaso
¿Es un avión? Noooo.
¿Es un pájaro? Noooooo. Es el Mijis, diputado surgido de la cultura del esfuerzo… ajeno.
Volando yo por el rumbo de la colonia La Cañada llegué hasta el casino de los Telefonistas para estar presente en la plática que sostendría El Mijis con militantes de MORENA y del Partido del Trabajo sobre la nueva manera de legislar.
El Mijis fue un pandillero, un chico banda. Estuvo involucrado en hechos de violencia, probó todo tipo de drogas y pisó varias veces la cárcel por diversos delitos.
Hasta la fecha continúa nadando en el submundo de las pandillas y no piensa dejarlas por mucho tiempo, ya que dice que está luchando por los derechos de los chavos de la calle.
Drogadictos, violentos, arteros y cobardes, los chicos banda son una calamidad para las barriadas.
No puede una mujer joven deambular por la calle donde hay una pandilla porque será acosada y posiblemente, violada.
El Mijis dice que eso no es así.
Desde su plataforma de Facebook y como Presidente del Movimiento Popular Juvenil, dice que ellos merecen oportunidades para salir adelante, por ejemplo, que se les ayude para desarrollar sus alcances: Si sabe carpintería, que se dedique a la carpintería, si sabe mecánica, que se dedique a la mecánica.
La verdad es que los chavos banda, en la actualidad, son una especie en peligro de extinción, sencillamente porque han sido absorbidos por la delincuencia organizada y forman parte ahora de la estructura criminal como punteros, marucheros o sicarios.
En un artículo que vi en Internet, El Mijis dice que su movimiento representa unas 250 pandillas del país; agrega que se han logrado treguas entre bandas rivales para disminuir la violencia y la inseguridad en los barrios bajos.
Ahora bien, pregúntome a mí mismo: «Mí mismo, ¿cómo le hizo El Mijis para obtener la carta de no antecedentes penales que les piden a todos los aspirantes a cargos de elección popular».
Ese es un misterio mayor que la desaparición de los mayas, la Resurrección de Cristo, el Triángulo de las Bermudas y la Atlántida juntos.
Yo pude entrevistar a El Mijis, este sábado. Estuve frente a él y me dio una buena impresión, en lo general.
No me gustaron sus tatuajes, por supuesto, porque son estigmas que sugieren vínculos profundos con la delincuencia, pero el hecho de haberse convertido en una figura polémica y un referente en materia de delincuencia juvenil con aura de redención, me parece algo loable.
La izquierda todavía nos va a deparar algunas sorpresas.
Acostumbrados a los escurridizos priístas y a los acartonados panistas, la nueva clase política en el poder nos trae figuras realmente polémicas.
Ya tuvimos por aquí al Diputado Pedorro, ahora vino El Mijis. ¿Quién seguirá?
Por lo pronto los dejo con el refrán estilo Pegaso: «Procede a describirme el tipo de personalidades con quienes sueles departir y podré dilucidar cuál es tu naturaleza».(Dime con quién andas y te diré quién eres).