Por Pegaso
Soltar al general Milfuegos no fue un acto de generosidad del gobierno gringo, ni una estrategia política, ni ninguna negociación. Fue egoísmo puro.
¿Y por qué digo que fue egoísmo puro? Pues porque no quisieron quedarse sin el mayor placer que pueden tener sus habitantes: la droga.
Así, directo, Lo que es.
El consumo de drogas naturales y sintéticas en Estados Unidos es espantosamente elevado. Cada individuo, sea sajón, latino, oriental o afroamericano, le entra duro al porro.
Desde temprana edad, y estoy hablando desde que son niños o adolescentes, ya ha probado la hierba (marihuana).
Es común que los estudiantes de las escuelas se fumen su churrito durante el recreo o a la salida.
No es un secreto que hay venta al por menor en cada institución educativa, y por lo general, cada padre de familia tiene a la vuelta de la esquina a su dealer de confianza (vendedor).
¿Se arriesgarían los güeros a perderse de todo eso por un asunto político? Creo que no.
Dicen por ahí que El Trompas utilizó el tema de la captura de Milfuegos para ganar votos entre la población mexicana que vive en Gringolandia.
Pero al ver que no le resultó, y ya como un berrinche, ¡zas! ordenó que soltaran al generalote para que sea enviado a Mexicalpan de las Tunas, donde será una papa caliente para el gobierno de la Cuarta Transtornación.
Más yo pienso que no fue así.
Milfuegos, como el capo de capos que es en nuestro país, como la mano que mece la cuna detrás del trasiego de la droga, tiene información privilegiada que puede hacer caer a importantes personajes de antes y de hoy, en los dos países.
¿Por dónde creen mis dos o tres lectores que pasa la mota hacia Gringolandia? ¡Pues por los puentes internacionales!
Ya está señalado el carril y la hora por la que deben cruzar los cargamentos sin ser molestados. Tengo la firme convicción de que en Gringolandia la corrupción está institucionalizada, pero en un grado superlativo. De tal manera que en Mexicalpan de las Tunas somos niños de pecho comparados con la podredumbre que hay en el vecino país del norte. Solo que allá la disimulan y aquí lo hacen a lo descarado.
No. A mí no me vengan con cuentos. Soltaron al general Milfuegos porque es el que controla toda la logística y porque no quieren quedarse sin la droga, que es lo único que da sentido a su monótona existencia. Además del negocio multi-super-druper-millonario para las poderosas mafias gringas que todo lo controlan.
El gringo promedio no solo tiene a su disposición la marihuana, en todas sus presentaciones: Kali Mist, Black Domina, Moby Dick, White Widow, Northern Lights, Durban Poison, Blueberry, Super Silver Haze, Amnesia Original, Jack Herer, Super Lemon Haze, Orange Bud, Stunk 1 o Amnesia Haze, sino toda una serie de drogas duras, como la heroína, la metanfetamina, la cocaína, o las sintéticas: Éxtasis o MDMA, Superman o PMMA, Eva o MDEA, speed, Angel Dust, Poppers y ketamina.
Buena parte de todo ese arsenal químico que nutre de alucinaciones los cerebros de los güeros llegan de América del Sur vía México, o de Asia, pero también hay una producción doméstica impresionante.
Los gringos viven por y para las drogas. Inclusive las monetarias, porque todo mundo debe la casa, el auto, la ropa que viste y hasta el aire que respira.
Por cierto, ayer por la tarde un grupo de loquillos marcharon aquí, en Reynosa, pidiendo la legalización de la marihuana. Si tienen éxito, al rato vamos a estar igual que los gringos.
Por eso aquí los dejo con el refrán estilo Pegaso: “Un cigarrillo no da origen al individuo con tendencias delictivas”. (Un porro no hace al delincuente).