Por Pegaso
Dentro de la pléyade de cantantes que admiro, no solo por su voz, sino por el contenido de sus temas, uno de mis preferidos es sin duda alguna, Napoleón.
Lo escuché allá, en la década de los ochenta, en el programa Siempre en Domingo cuando yo era un Pegaso chaval.
José María Napoleón, conocido como “El Poeta de la Canción”, tiene títulos tan descriptivos como “Vive”, uno de sus primeros éxitos, “Después de tanto”, “Pajarillo”, “Hombre”, “Sin tu amor”, “Lo que no fue, no será”, “Eres”, “30 años”, “Leña Verde”, “Ella se llamaba Martha”, “Necio corazón” y muchos más.
A sus 73 años sigue activo en el medio artístico y no ha perdido un ápice de esa voz suave y melancólica que siempre lo caracterizó.
Me emociono hasta las lágrimas cuando escucho aquellos inspirados versos: “Hoy, después de tantos años de no verte, te encontré./ Hoy, sentí un escalofrío recorrer todo mi ser./ Hoy, después que por cobarde sin remedio te perdí./ Hoy, al verte entre la gente, sin que tú te dieras cuenta supe que vives en mí.”
Aunque ahora las ondas hertzianas están saturadas de reggetón, de perreo, de música sinaloense y de narcocorridos, habemos personas que aún tenemos un espíritu romántico.
A pesar de que las feminazis siguen pensando que los hombres somos de lo peor, no cabe duda que incluso a ellas les gustaría que un caballero les abra la puerta del auto, les retire la silla en la mesa, pague su consumo en el restaurant y les brinde protección y cariño.
Pero hablaba de la lírica romántica, y específicamente de Napoleón, uno de mis cantantes preferidos de todos los tiempos.
¿Alguien no se sintió conmovido con “Pajarillo”, cuando la voz del vate se escuchaba en la radio diciendo: “Maquillaje a granel usaba a diario/ y vendía la piel a precio caro/ de las ocho a las diez en una esquina/ era joven y fiel, era rosa y espina./”
O cuando estábamos deprimidos, “Vive” era el himno que nos levantaba e impulsaba a luchar con mayor ahínco: “Abre tus brazos fuertes a la vida/no dejes nada a la deriva/ del cielo nata te caerá./ Trata de ser feliz con lo que tienes/vive la vida intensamente/ luchando lo conseguirás./”
O cuando queríamos decirle a una ingrata lo que sentíamos por ella, pero que no sonara tan gacho: “Eres, leña verde que no enciende/ agua que nunca se bebe/ árbol que no echa raíz./ Vives sin pensar en tu mañana/ se te escapa la semana/ haces planes sin cumplir./”
Pero definitivamente adoro aquellos versos que dicen: “Porque tiemblan mis manos cuando las tuyas/ me hacen una caricia de contrabando./ Porque tiene sentido por ti la vida./ Porque tanto te quiero, porque te extraño./”
Napoleón compuso otras rolas un poco más moviditas, como: “Ella se llamaba Martha,/ ella se llamaba así./ Ella se llamaba Martha,/ se llamaba Martha/ se llamaba así./”
El Poeta de la Canción ya está llegando al ocaso de su vida, pero deja una extraordinaria herencia y una muestra de ese romanticismo clásico que está en vías de extinción.
Adoro un video que vi hace algunos meses, en ocasión del fallecimiento de otro grande, José José. En esa grabación, Napoleón, con su voz aún potente, canta “Lo que no fue no será”, frente a un “Príncipe de la Canción” viejo, enfermo y sin voz que solo se limita a escucharlo y a tratar de emitir algún sonido, infructuosamente.
Al final, Napoleón le hace una profunda referencia en señal de admiración y amistad.
Les dejo el link de ese hermoso video: https://www.youtube.com/watch?v=dOF12aMFVlg