Por Pegaso
Volando yo por los nubosos cielos de Reynosa me pongo a pensar sobre los efectos que han tenido los más recientes fenómenos meteorológicos y telúricos, pero no sólo en cuestión de vidas humanas o pérdidas materiales, sino en temas más místicos y profundos.
De pronto vimos cómo se enfilaban en el Atlántico y el golfo de México tres huracanes seguiditos: Irma, José y Katia, y de manera simultánea un tremendo temblor de tierra cimbró la parte sur del país con réplicas y tsunamis que causaron un terror apocalíptico.
Quizá muchos asociaron el eclipse de sol del 21 de agosto con un presagio de futuras desgracias, pero la verdad, lo más folclórico, cotorro y chimengüenchón que ocurrió alrededor de todo esto fue que los tampiqueños, una vez más confirmaron que frente a sus playas hay una base de OVNI´s que los protegen de los huracanes.
Katia, de acuerdo con las proyecciones de los servicios meteorológicos, se enfilaba derechito a Tampico, pero repentinamente tuvo un giro de noventa grados y prefirió zambullirse hacia Veracruz, donde provocó la muerte de dos personas.
Un trovador callejero de los muchos que hay en Tampico cantaba de ésta manera:
En el sur de Tamaulipas
presidentes preparaban
ayuda humanitaria
porque un ciclón se acercaba.
Yo los miré en Internet,
con seres raros charlaban.
Los marcianos les decían
no os preocupéis, camaradas
nuestra base allá en el mar
también ya está preparada.
Desviaremos la tormenta
aquí no va a pasar nada.
Un similar fenómeno ocurre en Reynosa. Desde hace años que no nos pega un buen ciclón porque todos nos pasan rozando. La conseja popular dice que hasta los huracanes nos tienen miedo por la inseguridad pública.
Puesto que las cosas no pasan hasta que pasan, ya quiero yo ver a los pinches ovnis cuando de verdad les lleguea a los tampiqueños un chubascazo de aquellos…
Las desgracias humanas siempre nos causan tristeza. Los huracanes y los temblores nos han hecho sacar de nosotros mismos lo más noble de nuestro corazón y ya nos aprestamos a enviar ayuda humanitaria a las zonas afectadas.
Pero mientras eso ocurre, versiones van y vienen en torno a las recientes manifestaciones de la Naturaleza.
Para empezar, les diré que Natura no está encabronada con nosotros, como piensan algunos.
Se trata de efectos derivados del cambio climático. Los cambios son evidentes y hasta el más ciego puede verlos.
Ví en Internet un video donde el zoquete presidente norteamericano se burla del calentamiento global, diciendo que es un invento, que no va a pasar nada.
La verdad es que al capitalismo le vale madres el medio ambiente y cada vez es más grande el pasivo. Los fuertes huracanes, los grandes temblores y los tornados son un aviso claro de que el ser humano está trastocando el precario equilibrio ecológico y que algo debemos hacer, pero ya.
Recién veía también en las redes sociales un video de un tal profesor Alex Backham, estudioso de la superficie solar, quien anticipa un mega terremoto de entre 9 y 11 puntos en la escala Richter, totalmente devastador, lo que se conoce como «The Big One», o El Grande, en español.
El sismo que azotó en días pasados en sur del país fue de 8.2 grados Richter, más intenso que el que destrozó parte de la capital del país en 1985. ¡Imagínense qué pasará con uno de 11 grados!
Backham anticipa el super terremoto en base al estudio de las manchas solares. Ha encontrado una relación entre grandes erupciones solares que ocurrieron días u horas antes y los movimientos telúricos que ya todos conocemos.
Él compara el paso de las manchas con una ametralladora, porque fue una serie de disparos de plasma hacia la tierra.
Y asegura que en base al estudio de la superficie del Sol se pueden anticipar con tiempo suficiente a las comunidades donde ocurrirán temblores de tierra.
Ya analizamos la interpretación paranormal con los OVNI´s cuidando a Tampico y la científica. Nos falta la versión mística.
Para muchos, los huracanes y temblores no son más que avisos divinos de que el fin del mundo se acerca.
Mi celular se saturó de mensajes de wasapp que recomendaban rezar no sé qué tantos rosarios y padres nuestros, arrepentirse de los pecados, elevar oraciones a la Virgen María y hasta ir a bailar a Chalma, con tal de que no nos pegaran tan fuerte los fenómenos naturales y obtener la gracia divida de frente al Apocalipsis.
Katia dejó mucha agua y destrozos en Veracruz, Irma barrió con Florida, José se va a ir hacia el norte y posiblemente haya más terremotos en el futuro, causados o no por el Sol.
Pero a final de cuentas, la vida sigue, las actividades humanas continúan y pronto estaremos nuevamente sintiendo las ricas heladas del invierno, para iniciar así un nuevo ciclo.
Quédense con el refrán estilo Pegaso: «Individuos procedentes del planeta Marte han arribado, y lo hicieron danzando al ritmo denominado ricachá». (Los marcianos llegaron ya, y llegaron bailando ricachá).