Por Pegaso
¿Se han fijado? Conforme los tiempos políticos se acercan y empiezan a barajarse los nombres de posibles prospectos a cargos de elección popular, parece que todo mundo se convierte en pitoniso, en oraculero.
Las columnas políticas comienzan a resaltar las virtudes de tal o cual candidato o a criticar a aquel que amenaza de alguna manera sus muy particulares intereses.
En fin, todo se convierte en un circo político.
Y es que andaba yo volando allá, cerca del edificio del PRI, donde ahora parece que ha vuelto algo de actividad, luego de más de un año de ostracismo y de reacomodos internos, fuera del presupuesto y sin nadie que le entre al quite para sufragar los más elementales gastos de operación.
Hoy ofrecerán un almuerzo a los medios de comunicación en ese mismo recinto, una especie de posada, por la época navideña que vivimos. Dudo mucho que haya rifa de regalos, y si la hay, no pasará de alguna útil memoria USB o una bonita agenda.
De hecho, me asombra que con tan raquítico presupuesto como debe tener Gustavo Rico De Saro, actual Presidente del Comité Directivo Municipal priísta, haya convocado a todos los reporteros, periodistas, columnistas, cronistas y tucos que hay en la ciudad, los cuales no se han perdido ni una sola gorra.
Pero, ¡ea! Estábamos hablando de los oraculeros.
Cada que se acerca un proceso electoral se celebra una liturgia que hasta hace algunos años poco había cambiado: En la designación de los candidatos a Presidente de la República, invariablemente prevalecía el «dedazo», producto de una serie de complicidades que involucraban a las más elevadas figuras del poder.
El Presidente de la República tenía por lo menos cuatro cartas en las mangas, las cuales maniobraba hábilmente para que todos pudiéramos entrar al juego de las especulaciones y así, se lograba crear una expectativa que culminaba sólo cuando se destapaba a «el bueno».
En los Estados y Municipios decíase que era el Gobernador quien decidía qué personaje o personajes entraban al juego de la sucesión.
Algunos analistas políticos pensaron que habían dado con algunas claves para adivinar las intenciones del Presidente o del Gobernador, en lo que se constituyó como la praxis ortodoxa del poder.
Pero los tiempos cambian. Después que el PRI perdió, o mejor dicho, concertacesionó la Presidencia de la República ya nada fue igual.
En ambos sexenios panistas la designación del siguiente candidato presidencial fue producto de las fracturas internas de Acción Nacional, no del dedo.
Y ahora, con Peña Nieto, el PRI ha tenido que reinventarse a sí mismo por obligación, pero olvidó sacudirse uno de sus más pesados lastres: El dedazo.
El dedazo, como institución, ha encumbrado al candidato priísta, que anteriormente colaboró en la Administración panista de Felipe Calderón.
Meade (se dice Mid, como insiste un espot televisivo) no ha logrado levantar un ápice en las preferencias electorales por ese mismo motivo.
Aparte de la descarada designación, trae colgado al cuello el peso muerto de un Presidente que ha hecho todo lo posible, desde el primer segundo que pisó Los Pinos, de empinar a su propio partido.
No es difícil suponer por qué la gente ha volteado hacia otras opciones.
Con la cercanía de las precampañas políticas, los oraculeros ya manejan sus especulaciones y sopesan cada una de las ventajas y desventajas de los aspirantes.
En Reynosa específicamente, la baraja política incluye los nombres de Ernesto Robinson Terán y María Esther Camargo como los más fuertes aspirantes a la Presidencia Municipal por el PRI, y para las dos diputaciones federales, la del Distrito 02 y la del 09, a Benito Sáenz Barella, Gerardo Olivares y Aída Zulema Flores Peña.
En el PAN están presentes en el ánimo del electorado la actual alcaldesa, Maki Ortiz Domínguez, quien buscaría repetir al frente de la Administración Pública por el siguiente período de tres años, ya que el primero fue de solamente dos, y el diputado local Jesús María Moreno, «Chuma».
Para diputados federales suenan algunos nombres, como el de la actual Presidenta del Comité Municipal, Juanita Sánchez, o el del Presidente del DIF local, Carlos Peña Ortiz.
Enfrente hay, sin embargo, personajes que tendrían que ser tomados en cuenta como prospectos con ciertas fortalezas, como José Ramón Gómez Leal, si es que el Comité Ejecutivo Nacional de MORENA decide enviarlo a Reynosa, o Armando Zertuche Zuani, si prefieren de México postularlo como candidato a senador, y dejar a éste último para buscar la alcaldía.
Y de entre los aspirantes por la vía independiente sólo vale la pena mencionar a Geovany Barrios Moreno, sobrino del genial comediante mexicano, Mario Moreno Cantinflas, cuyo nombre no le hará ganar, pero seguramente dejará alguna huella en el próximo proceso comicial.
Como ven, yo también me he convertido en oraculero.
Por eso los dejo ahora con el refrán estilo Pegaso que dice: «Individuo perteneciente a la familia de las psitácidas en cualquier locación es percibido con coloración que se manifiesta en la longitud de onda entre 495 y 570 nanómetros». (El que es perico donde quiera es verde).
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