Por Pegaso
Lo conocí allá, por 1985. Era yo un Pegaso chaval.
Don Adán Cisneros De la Rosa, un próspero comerciante en joyas, me brindó su amistad casi desde el primer instante.
Más tarde, cuando me casé con mi Pegasita le pedí que fuera mi padrino de anillos y aceptó con gusto, como siempre fue él, desprendido, jovial y alegre.
Los lazos de amistad se hicieron cada vez más fuertes. En el ‘91, pegándole al ‘92, formó el Grupo Modernizador de Solidaridad Democrática que después encumbraría en la Presidencia Municipal a Rigoberto Garza Cantú, su compadre del alma.
Adán, Rigoberto, Mario López, Heriberto Deándar, Rosbe Gandaría, Nicho Luna y Ciro Gracia, formaban un grupo de alegres compadres.
Reynaldo Martínez El Gallero cantaba así el corrido a Rigo Garza: “En la feria y sus palenques/apuesta muy buen dinero/ junto con Don Ciro Gracia/ y también Adán Cisneros”.
Entre 1985 y 1995, el rancho “Adán y Eva” fue el epicentro político de Reynosa. Con frecuencia se armaban fabulosos convites donde se celebraba el cumpleaños de alguno de ellos.
El 1 de julio era especial, porque ese día Don Adán festejaba su cumpleaños a lo grande.
Fue luchador profesional bajo el nombre de “El Rey Negro”. Alternó con figuras como El Santo y Blue Demon. Nunca fue desenmascarado en el ring.
Se retiró para dedicarse a la política y a sus negocios.
En cierta ocasión otro de mis padrinos, también fallecido, el periodista Benjamín Tamez Chávez nos invitó a Don Adán y a mí a pertenecer a la logia “Armonía y Fraternidad”.
Llegamos a la ceremonia de iniciación. Nos vendaron los ojos y nos pasaron a un cuarto obscuro.
Dentro de la liturgia masónica, tenían que hacernos algunas preguntas y pasar ciertas pruebas. En una de ellas nos colocaron una espada de utilería en el pecho y nos preguntaron qué sentíamos: “Siento que me pican la chichita”,-fue la respuesta del carismático comerciante.
Como Presidente de la CANACO, varias veces fuimos a la Ciudad de México a reuniones de la Confederación de Cámaras, donde siempre era bien recibido por los más altos directivos gracias a su simpatía personal y don de gentes.
En los ochenta, cuando estaba como Presidente Ernesto Gómez Lira, fue con un grupo de comerciantes de la icónica calle Miguel Hidalgo, que entonces tenía circulación vehicular, para que la convirtiera en un área peatonal.
-¡Ahhh, qué romo!-fue la contestación de Gómez Lira. ¡Pues vamos a darles su calle peatonal!
Y gracias a sus gestiones, aquel proyecto se convirtió en realidad.
Años después, en la primera administración de Oscar Luebbert, cuando la calle Hidalgo estaba cuajada de comerciantes ambulantes, intervino una vez más para que el arroyo de la calle quedara libre para los visitantes que pudieran circular sin estorbos de ningún tipo.
Así vivió Don Adán Cisneros De la Rosa, el amigo, el padrino.
Ayer, poco después de las cinco, sufrió un infarto cuando estaba comiendo con su familia.
Sus restos serán velados este miércoles en funerales Español y el jueves, a las 2:00 de la tarde será sepultado, seguramente con la presencia de tantos amigos entrañables que pudo hacer durante toda su vida.
Descanse en paz, padrino.