Por Pegaso
Ayer amenazó con venir a Reynosa justo este día el famoso, celebérrimo, impertérrito, siempre imitado, pero jamás igualado Perro Pantorrillero, Alejando Rosas Díaz-Darán.
Miembro destacado del equipo del Senador Rucardo Montreal, es uno de los más fieles creyentes, yo diría, uno de los monaguillos de la Cuarta Transtornación.
Siempre me he preguntado por qué el Pejidente ALMO se ha rodeado de individuos fatuos, fantoches, engreídos y pagados de sí mismos como El Perro Pantorrillero, su amo Rucardo Montreal, el tal Frenández Norroña y el “Caresapo” bailador Mario Dalgado Corrillo, líder nacional de MORONA.
El bien ganado mote de Perro Pantorrillero se lo ganó Rosas Díaz-Darán cuando se enfrascó en un pleito de comadres con la entonces Presidenta del partido, Yaidckol Chilinsky, a quien acusaba de ratera, por aceptar dinero de los candidatos a gobernadores, alcaldes y diputados.
En respuesta a sus señalamientos, la Chilinsky le contestó que solo era un perro pantorrillero, y desde entonces, el epíteto lo ha acompañado a donde quiera que se presenta a lanzar vívoras y tepocatas de su ronco pecho.
Supuestamente viene a reforzar las campañas políticas de los candidatos de la alianza MORENA-PT, especialmente la de Carlos Peña Ortiz, hijo de la alcaldesa Maki Esther Ortiz Domínguez.
En mi opinión muy personal, pienso que el joven candidato a la Presidencia Municipal de Reynosa no necesita vejigas para nadar, porque ha demostrado ser un buen orador, además de demostrar dominio pleno del escenario y una preparación académica a toda prueba.
Yo le decía a un amigo del equipo de campaña de Peña Ortiz que debieron aprovechar el sobrenombre de “Makito” que algún mal intencionado periodista le endilgó en sentido peyorativo.
Sabiendo que Carlos no se molesta cuando le dicen “Makito”, sino por el contrario, le cae en gracia, le sugería que lo usaran como un nombre de batalla, y entonces se podía crear una especie de “Maquitomanía” que resultaría completamente favorable a su campaña política.
Pero la estrategia tomada por su equipo de trabajo, encabezado por el diligente Eliazib Leija Garza, ha dado buenos resultados. Cada lunes Peña Ortiz encabeza una rueda de prensa en su comité de campaña llamado “La Casa del Pueblo”, ofrece un ambigú a los periodistas, algunos de los cuales nos vamos a la chamba con dos yemas, presenta sus plataformas políticas y sostiene un diálogo ameno con los comunicadores.
El resto del día lo ocupa en reuniones con diferentes grupos sociales, recorridos por las colonias y actividades deportivas, en las cuales sobresale por su elevada estatura y su complexión delgada.
Le ha tocado enfrentar a toda la maquinaria del Gobierno del Estado, que le está inyectando mucha lana al proceso electoral y que soltado los perros chatos de la Policía Estatal para andar tras las huellas del candidato morenista, acosándolo y amenazando con detenerlo, a pesar de que éste cuenta con un amparo.
Total. Yo no creo que Carlos Peña necesite del “Perro Pantorrillero” para consolidar su campaña. Habrá quienes tengan una opinión diferente a la mía, pero un personaje tan fatuo como ese, más que abonar demerita la imagen bien ganada del chaval.
Que se vaya a ladrar a otra parte,-dicen los reporteros.
Yo recuerdo que en su última visita a Reynosa tuvo un roce con nuestra querida y recordada amiga Queta Santana.
El fantoche presumía ser como el elefante, de piel gruesa, para resistir los golpes, con orejas grandes para escuchar todo a su alrededor, con la trompa larga para abarcar muchas cosas y con la cola corta, para que no se la puedan pisar, cuando de repente llegó Queta Santana con un tropel de gente, quienes le gritaban que era un corrupto y bueno para nada.
En fin, hoy estará en Reynosa, y como el tipo es noticia por su lengua de triple filo, tendremos que chutarnos todo lo que diga. Seguramente pondrá al Gobernador y a su equipo como palo de perico.
Por lo pronto, nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “El oponente de tu oponente es tu aliado”. (El enemigo de tu enemigo, es tu amigo).