Por Pegaso
ADVERTENCIA: El contenido de la presente columna no es apto para menores de edad o personas sensibles a las palabras obscenas o altisonantes. Se recomienda precaución. O, como dice Catón, aquellos que no gusten de palabras obscenas y altisonantes pueden saltarse hasta donde dice: “Creo que con estos ejemplos es más que suficiente”.
En los grupos de chat hay de todo, desde personas que se conducen con total rectitud en su forma de expresarse, hasta los más pelados y majaderos.
Dicen por ahí que no debes reprimirte, que un vocabulario ordinario suele ser una excelente terapia para exteriorizar sentimientos de ira, odio, frustración, celos, etc.
Hay estudios serios que colocan al lenguaje coloquial por encima del culterano en cuanto a expresividad.
Y por ejemplo, no es lo mismo decir: “Procede en demasía a causar quebranto a tu prostituida progenitora” que “Vete mucho a chingar a tu puta madre”.
Como que sale más sabroso, como que te liberas de un sentimiento que estaba ahí, clavado, a punto de estallar.
Aunque no lo crean, hay literatura especializada en ese tipo de expresiones, palabras, dislates, groserías, majaderías, dicterios o improperios, como el Diccionario breve de mexicanismos, de Guido Gómez de Silva, o la Biblia del Insulto, de María Irazusta, que incluyen las palabras más comunes usadas por las clases populares de nuestro chimengüenchón país.
También es posible deleitarse con el libro de Lourdes Ruiz, “La Reina del albur” denominado: “Cada que te veo, palpito”.
Incluso instituciones como la Asociación Mexicana de Lingüística Aplicada hizo un sesudo análisis del impacto de las majaderías mediante la tesis: “El Insulto: Un fenómeno pragmático de base semántica”.
Quiero dejarles una divertida colección de las más populares groserías y peladeces, dignas de carretoneros, albañiles y peladitos de barrio, y su equivalente en idioma culterano, bajo la premisa de que es posible insultar a alguien sin necesidad de incurrir en barbajanerías y ordinarieces:
-Vete a la chingada: Procede a retirarte a la damnificada.
-Vete a la verga: Procede a retirarte al aparato reproductor masculino.
-¡Hijo de puta!: Vástago de sexoservidora.
-Eres una mierda: Posees características similares a las de una deposición fecal.
-Se agarraron a putazos: Se han enfrascado en prostitutazos.
-¡Qué pinche desmadre traes!: ¡Vaya ayudante de cocinero desprovisto de progenitora que posees!
-¡Estás bien güey!: Tu condición es muy similar a la de un bóvido.
-¡Ya diste las nalgas!: ¡Haz proporcionado las protuberancias glúteas!
-¡Ya me chingaste!: Tu acción me causó un perjuicio.
-¡No seas mamón!: ¡Abstente de convertirte en un succionador!
-¡Ya la cagaste!: En este momento la defecaste.
-¡Eres bien ojete!: ¡Tu apariencia es la de un pequeño glóbulo ocular!
-¡Pa’ pendejo no se estudia!: Con el propósito de poseer la condición del vello público no es necesario ingresar al plantel educativo.
Creo que con estos ejemplos es más que suficiente. Si alguien tiene alguna otra frase picante, puede mandarla a mi correo electrónico: [email protected], a mi cuenta de Twitter: @pegasoapesta, a mi muro de Facebook: @nomamspegaso o al hashtag; #pudretepegaso
Termino con el refrán estilo Pegaso: “No te dirijas a mí mediante tirones! (¡No me vengas con jaladas!)