AL VUELO/ «Pico»

Por Pegaso

Andaba yo volando por el caluroso cielo de Reynosa y pude notar cómo la gente sigue muy relajada, a pesar de que ya entramos prácticamente en el «pico» de la pandemia.

Como que les vale madres si se llegan a contagiar o contagian a otros, porque a pesar de que en los centros comerciales los reciben con un termómetro infrarrojo y un botellón de desinfectante, seguimos manipulando los billetes y monedas como si nada.

En otros países fue cancelada temporalmente la circulación de moneda corriente y sólo se paga con tarjeta electrónica.

Cada día, los billetes y las monedas pasan por cientos de manos, algunas de las cuales pueden ser portadoras del fatídico coronavirus sin nosotros saberlo.

Dos semanas después, empezarán los síntomas de la enfermedad y entonces, nos convertiremos también en agente de contagio, si seguimos yendo de compras y utilizando el efectivo para hacer nuestros pagos.

Una de las medidas que se deben tomar de inmediato, pues, es suprimir ese tipo de transacciones y hacer todos los pagos de manera electrónica.

Mientras tanto, allá, en Gringolandia, todos salieron a las calles, de shopping, a los restaurantes o simplemente a tomar aire luego que El Trompas diera luz verde para terminar con el enclaustramiento hogareño.

Las tiendas se llenaron de ansiosos clientes, los centros vacacionales empiezan a pulular de personas que anhelan divertirse, luego de casi dos meses de reclusión obligada.

Algo prematuro, me parece, porque aún no tenemos una vacuna y porque este virus se comporta de manera atípica.

Mientras que en México nuestras autoridades ya cantaron victoria y anunciaron que habíamos vencido al COVID-19, en Estados Unidos siguen cayendo como moscas, y tan sólo el lunes anterior se registraron 2,333 nuevas muertes, sumándose a los más de 70 mil que van hasta el momento.

Ya se sabe que la curva de contagios es mayor en cuanto más movilidad haya en cada país. Están sufriendo las de Caín las naciones más turísticas, donde hay más población que se mueve de un sitio a otro del planeta, como Italia, España, Francia, Inglaterra, Alemania y la propia China.

Mientras que sobre el cielo de México en estos momentos circulan apenas unas decenas de aviones, sobre territorio norteamericano se cuentan por miles.

Realmente no sé en qué se basan los especialistas de nuestro País al decir que este día, 6 de mayo, ya alcanzamos el «pico» de la pandemia.

Deben ser peritos en cálculos complejos, porque para llegar a esa conclusión primero tuvieron que resolver algo que se conoce como Función Gaussiana.

Aunque creo que después corrigieron y afirmaron que la cima de la campana la tendremos por entre el día 12 y el 13 de este mismo mes.

No quiero ser alarmista, pero algunos consideran que la pandemia se va a prolongar más allá de lo esperado. Es decir, no empezará a menguar sino hasta el mes de agosto, y cuando eso ocurra, vendrá el cambio de estación y con ello, se dispararán las enfermedades respiratorias agudas. Entonces, nuevamente tendremos la curva en ascenso del COVID-19.

Hasta en tanto no tengamos una vacuna o un tratamiento efectivos, o se logre la inmunidad en un amplio sector de la población, la amenaza seguirá latente.

Por eso digo que El Trompas y nuestras autoridades de salud se adelantaron al cantar victoria. Sobre su cabeza caerá la muerte de muchas personas.

Y el refrán estilo Pegaso dice así: «Considero que cuenta con grandes glóbulos oculares para ser clasificado como colúmbido». (Se me hace muy ojón pa’paloma).

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