Por Pegaso
Andaba Jesucristo un día en el Monte de los Olivos, dando un sermón a los Apóstoles, cuando alguien le dijo que lo esperaban en el templo de Jerusalén.
Eran unos fariseos y escribas que llevaban a una mujer adúltera pescada “in freganti”.
Ellos insistían en que según la Ley Mosaica, tendría que ser lapidada y esperaban su opinión acerca de ese tema.
Jesucristo como que se hacía el desentendido, pero a final de cuentas, ante tanta insistencia de los fariseos, agarró una piedra laja que estaba ahí cerca y se las ofreció, diciendo: “Aquel que de entre vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”. (La Biblia, Edición Reina Valera, 2009).
(Nota de la Redacción: El texto de la Edición Reina Valera de la Biblia solo es desde donde dice: “Aquel que de entre vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”, el resto es de la cosecha del columnista).
Haiga sido como haiga sido, ninguno de los fariseos se atrevió a agarrar la piedra, por el contrario, se fueron con la cola entre las patas, avergonzados, y la mujer de la vida galante se fue a seguir con su sacrificado oficio.
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Recién supe que alguno de los ex presidentes de la República reaccionó a la aprobación de la Suprema Corte de Justicia para que puedan llevarse a juicio a los mandatarios que ya concluyeron su sexenio.
Los que siguen vivitos y coleando son Charly Jalinas Retortari (no puedo decir su nombre de pila, porque es marca registrada), Ernesto Zepillo, Chente Fox, Felipillo Calderón y Quique Piña Nieto.
Nadie duda ni tantito que fueron unos raterazos de primera, y no solo eso, sino que todos sus colaboradores, desde los Secretarios de Estado hasta el ayudante de barrendero de la oficina más pinchurriente, robaban a manos llenas con la bendición del jefe.
Cada sexenio era una camada de nuevos millonarios.
Todos los programas, todos, eran ordeñados, desde PEMEX, hasta la oficina de correos ubicada en un rincón de la selva lacandona.
Pero además, en cada sexenio maldito se suscitaron escándalos que cimbraron la vida política del País y confirmaban a México como el paraíso de la transa y el chanchullo.
Recordad la venta de paraestatales con Jalinas, al gandalla de su hermano Raúl y el magnicidio de Colosio; de Zepillo se puede mencionar el desvío de 420 millones de pesos y el FOBAPROA; de Chente, el financiamiento ilícito de su campaña, la red de corrupción de los hijos de su esposa Martita bajo el emblema de Oceanografía, y de Felipillo, el tema de Odebrecht, que prosiguió en el sexenio de Piña Nieto.
A este último le tocaron algunas masacres, como la de San Fernando y, por supuesto, los estudiantes de Ayotzinapa.
Por todo eso y mucho más, los ex presidentes no solo merecen ir a la cárcel, sino ser quemados en leña verde, luego embarrarles los ojos con chile piquín, hacerles cosquillas en los pies y sacarles la lengua.
La pegunta que debemos hacernos los mexicanos es la siguiente: Entre tanta podredumbre, entre tanta complicidad, entre tanta simulación y actos de corrupción, donde todos los actores del antiguo sistema político, incluyendo el partido oficial y la oposición estuvieron de un modo u otro involucrados, ¿hay quien está libre de pecado?
¿Será que alguien pudo librarse del lodo, como aquella ave que cruza el pantano y no se mancha?
¿De verdad ALMO está libre de culpa y puede arrojar la piedra a la prostituta?
O pasará lo que le ocurrió al tipo que escupió para arriba.
Supongamos que por algún milagroso motivo jamás se ensució las manos, pero ¿qué tal sus colaboradores?
Si Jalinas, Zepillo, Chente, Felipillo y Quique empiezan a abrir la boca, el primero que va a saltar es Mamuel Bartel, ex Secretario de Gobernación con Miguey De la Madrina, ex Secretario de Educación con Charly Jalinas Retortari, ex Gobernador de Puebla por el PRI, ex Senador, ex Diputado y todos los ex que nos podamos imaginar; actual Director de la CFE, autor del más grande fraude electoral de que se tenga historia, cuando Cuahutémoc Cárdenas le ganó la elección a Jalinas y Bartel hizo que se cayera el sistema.
Y después de Bartel seguirán otros, y otros, y otros más, como fichas de dominó hasta que ALMO se quede sin gabinete.
Es como tener en las manos la caja de Pandora.
Si la abres, te salpica toda la caca que está en el interior.
Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegasiux: “A efecto de que el calzo comprima, necesariamente debe proceder de idéntico madero”. (Para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo).