AL VUELO/ PIPOPE

Por Pegaso

¡No le hagan caso al gober precioso Miguel Barbosa!¡A los pobres también les da coronavirus!

Andaba yo volando allá, cerquita de la estratósfera, cuando escuché por las ondas hertzianas el último y divertido comentario del gobernador PIPOPE (Nota de la Redacción: Apócope de Pinche Poblano Pendejo, forma despectiva con la que los chilangos se dirigen a las personas originarias del hermoso Estado de Puebla) quien dijo que los pobres estamos inmunes ante el COVID-19. “Si ustedes son ricos, ya se chingaron, si son pobres, ya la hicieron”,-fue más o menos lo que salió de su ronco pecho.

Como si el virus, al estar frente a una persona se detuviera un momento y dijera: “¡Diablos! Este cuate está más pobre que un burócrata despedido por la 4T.”

Tras pronunciar estas palabras, en una conferencia de prensa que dio el pasado martes, el caresapo gobernante (Nota de la Redacción: A Dámaso Pérez Prado, músico cubano inventor del mambo, le decían carefoca por su gran parecido con los palmípedos) no se la acababa en las redes sociales.

Efectivamente, los primeros casos que se registraron en México, y me imagino que en el resto de los países, fueron importados.

Personas que tienen la solvencia económica para viajar por el mundo, fueron las primeras víctimas; ellos llevaron el germen nocivo a sus países y de ahí, se diseminó entre la población nativa, ricos, clasemedieros y pobres.

Por eso mismo ha causado tanta zozobra en países como Italia, España, Francia, Alemania y el Reino Unidos.

No porque nos podamos recuperar de los efectos del COVID-19, sino porque el 5% de los que llegan a fallecer pueden ser nuestros parientes. De ahí el pánico que se ha generado en todo el mundo.

Si a los países europeos y a los gringos el coronavirus los trae con la madre en rastras, teniendo ellos una economía fuerte y un sistema de salud vigoroso, ¿qué le puede esperar a México y a las demás repúblicas bananeras?

Tan solo ayer por la tarde comentaba una trabajadora del ISSSTE que el hospital de Reynosa nomás cuenta con dos camas de terapia Intensiva disponibles para atender a una población que rebasa los 38 mil derechohabientes.

No se vale que los políticos tomen a mofa el tema del coronavirus. La prueba de que es algo serio es que ya está afectando con ganas la economía del país.

Pienso que el virus SARS-CoV-2, como también se le conoce, sí que tiene la capacidad de detectar nuestro miedo, como ocurre con los perros bravos.

El temor y el estrés son factores que bajan nuestras defensas, y es ahí donde está el peligro.

Al no tener un sistema inmune fuerte, estamos más expuestos a contraer la infección. Por lo mismo se recomienda que las personas con diabetes, con VIH, con enfermedades crónico degenerativas o mayores de 60 años se resguarden en sus casas, mientras pasa la contingencia.

Otra cosa quiero decirles, nomás que no se lo vayan a contar al gober PIPOPE para que no la vaya a cagar de nuevo: Si yo fuera religioso, pensaría en el COVID-19 como un castigo divino, algo así como lo que les pasó a Sodoma y Gomorra.

La enfermedad castiga a los pecadores. La diabetes generalmente es provocada por los pecados de la gula, la ira y la pereza, el VIH, por la lujuria; las enfermedades coronarias, por la avaricia, la envidia y la soberbia.

Lo bueno es que no soy creyente, si no, ya estuviera camino a Chalma de rodillas y con un nopal en la espalda.

Va el refrán estilo Pegasiux: “Desposeído, sin embargo, probo”. (Pobre, pero honrado).

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