Por Pegaso
Se acabó el maridaje entre el PRI y el PAN, conocido por muchos como PRIAN.
El amasiato prometía, hasta que al candidato panista Ricky Rikín Canayín rompió una de las reglas no escritas de la política mexicana: Amenazar con la cárcel al Presidente de la República en turno.
Recostado en mi mullido cumulonimbus, allá, en los límites de la estratósfera, contemplo cómo el panorama político nacional cambia drásticamente con el triunfo del Peje Pejín Lagartín.
Se fue el PRIAN y llega el PRIMOR.
El PRI, que vive sus últimos estertores, busca succionar de la juventud y el brío de MORENA, tratando de parasitarlo, con buen éxito hasta ahora, como lo hizo antes con el PAN.
La historia nos dirá si llega a concretarse un matrimonio entre ambos institutos políticos.
Por lo pronto, dándose cuenta de todo eso, el expresidente Chente Chentín Foxín dijo en un video que subió a su cuenta de Twitter: «Andrés, sé cómo te sientes. De verdad se siente una gran alegría y alegrío al ganar y triunfar, pero también es una gran responsabilidad y un peso sobre tus hombros y hombras. Cuentas con muchas cosas para sacar adelante este enorme reto y reta de seis años y añas de trabajo y trabaja junto con los mexicanos y mexicanas. Cuentas con una mayoría en el Congreso y la Congresa. Es muy afortunado y afortunada porque permite implementar las políticas y los políticos, las decisiones de tu equipo y equipa, y sobre todo la voluntad del pueblo y la puebla de México expresada en las urnas y los urnos».
El político de las botas se extiende en sus explicaciones de lo que se siente ganar una elección presidencial, pero le deja caer una mala noticia: Que cuenta con un presupuesto raquítico, al igual que les pasó a todas las administraciones anteriores.
Pero el Peje, vivillo desde chiquillo como es, calcula que por lo menos unos 500 mil millones de pesos se iban en la corrupción, traducida en igualas, cochupos, compadrazgos, licitaciones amañadas, sueldos pantagruélicos y lujos inimaginables de la clase gobernante.
Si como dice Foxín, ahora es tiempo de cumplir, debemos ver prontamente traducidas todas las acciones anticorrupción en un presupuesto mucho más abultado que alcance para cubrir con pavimento hihdráulico todas las calles del país, llevar agua potable hasta las sierras más escondidas, dotar de computadoras Mac a los huicholes, tojolobales, mixtecos, totonacas y otomíes, entregar un teléfono inteligente a cada ama de casa con 500 gigas de memoria para que puedan chatear a gusto con la comadre y donar a cada hogar una pantalla plana de 75 pulgadas para que el viejón vea los partidos de futbol.
El nuevo sistema político mexicano, que a partir de ahora llamaremos PRIMOR, garantiza no sólo lo mejor del viejo PRI, sino también el candor y el pundonor de los morenistas.
¡Véngase Elba Esther, véngase Salinas de Gortari, arrímese Romero Deschamps, que el PRIMOR los espera con los brazos abiertos!