Por Pegaso
Qué prefieres, ¿vivir ahorita la vida loca y estar en aislamiento durante la Navidad y Fin de Año, o cuidarte ahora y disfrutar como enano de las fiestas decembrinas?
Esa es la pregunta que debemos hacernos.
Tal parece que la curva del coronavirus ya está en su última etapa, porque los casos registrados han sido mínimos.
Reynosa tuvo el lunes un solo caso nuevo y el martes, dos. Durante las últimas semanas nos hemos mantenido con números de un solo dígito, pero eso no es para que echemos las campanas al vuelo y salgamos a la calle para abrazar a los cuates, usar el cubrebocas en el pescuezo y echar a un lado el gel bactericida.
Por el contrario, con el ingreso de los primeros frentes fríos, debemos pensar en reforzar nuestro sistema de defensas corporales y correr a ponernos la vacuna contra la influenza, tomar algunos suplementos como Aderogyl, consumir suficientes frutas y verduras, evitar las grasas saturadas y los azúcares, y en general, hacer algo de ejercicio.
La posibilidad de un rebrote es algo real. En países como Italia y Francia, el COVID-19 ha empezado a causar estragos nuevamente.
Conforme se acerque el invierno, podremos ver que la curva nuevamente empieza a tomar altura si seguimos con nuestro actual comportamiento.
He visto en los últimos días cómo la gente se reúne, como la rueda de prensa del candidato a la dirigencia de MORENA, Mario Delgado, donde unos reporteros se pegaban con otros, aunque trajeran cubrebocas.
En los cafés, todo mundo está sin la mascarilla, respirando del mismo aire en un espacio cerrado.
Hace unos días, en una mesa vecina del café La Estrella del centro, un tipo que estaba con su esposa empezó a toser. De inmediato, me puse el tapabocas para evitar la carga viral.
No está por demás insistir que la frase “carga viral” es clave para entender cómo se transmite y hasta dónde nos puede enfermar el coronavirus.
A mayor carga viral, con un sistema inmune debilitado, es seguro que enfermaremos.
No se crean del idiota de El Trompas.
Solo dos días estuvo en un hospital bajo observación y este lunes se presentó a sus labores habituales como si nada, diciendo que no le teman al coronavirus, que les pela los dientes y que sigan echando relajo.
Lo que no dijo el infame nazi es que a él le proporcionaron la mejor atención médica posible, mientras que millones de personas no tienen ni en qué caerse muertas.
La pandemia aún no acaba y un rebrote parece inminente.
Tendremos que esperar que la vacuna sea efectiva para quitarnos de encima la preocupación de esta enfermedad que puede acabar con la vida de una persona en medio de mucho dolor y desesperación.
No es este el único mal que nos trajo el 2020. Los catastrofistas, amigos de la calamidad, los que se solazan provocando el pánico entre la población, dicen que un objeto se acerca a la Tierra y puede convertirse en una segunda luna.
De inmediato, hubo quienes piensan que eso ya está afectando el comportamiento de las ballenas que han encallado en las playas, o que de alguna manera es presagio de desgracias.
Otro fenómeno que también causará temor es el eclipse total de sol que se verá en el mes de diciembre.
Como en las películas de catástrofes gringas, fenómenos como esos sacan a flote nuestros más profundos temores, pero la verdad, es que el 2020 terminará y llegará un nuevo año con más sorpresas y eventos inesperados.
Acabo de ver un meme que me pareció graciosísimo:
-Marty, pase lo que pase, no vayas al 2020. Repito, ¡no vayas al 2020!
-¿Por qué, Doc?¿Qué pasa en el 2020?
Se trata de un diálogo ficticio de los personajes principales, el Doc Emett Brown y el adolescente Marty McFly, de la película Volver al Futuro (Back to the Future, en inglés. Estrenada en 1985. Director: Robert Zemeckis. Protagonistas: Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Crispin Glober, Lea Thompson y Thomas F. Wilson) y lo jocoso es que cada que había un peligro, el Doc le advertía a Marty que no viajara en el tiempo a determinada época.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Cesa de experimentar temor de manera similar a como Judas Iscariote se atemorizó”. (No temas como Judas temió).