Por Pegaso
Entran Igor y el Dr. Franky al estudio de televisión. Se encienden las luces y los recibe una espectacular edecán enfundada en un brillante vestido que dibuja su esbelta silueta. Nada más verla, Igor se le echa a las pantorrillas y empieza un vaivén de cadera mientras dice:
-Igor: ¡Olofoxxxxx!
-Dr. Franky: ¡Ya Igorrrr, basta! ¡Basta te digo, perrro malo! (Golpeándolo en la joroba con su matamoscas).
-Igor: E’ta ‘eja e’tá rete ‘ena.
-La edecán: ¿Qué dijo?
-Dr. Franky: Nada, nada…, que la noche está serrrena.
-La edecán: ¡Ahhh, bueno! Miren, ahí los está esperando el invitado especial de hoy, «El Bronco».
Se acomodan en el sillón, frente al folclórico personaje.
-Dr. Franky: ¡Qué gusto que haya venido! Es un honorrr parrra nosotros tenerrrlo en nuestrrro prrrograma.
-El Bronco: Pues mira, pelao, la verdá es que sí es un honor para ustedes. Pero ya que tanto me insistieron, quise venir a su programa para hablarles de mi extraordinaria participación en las recientes elecciones para la Presidencia de la República.
-Igor: E’te ‘ey e’tá bien pen’ejo. (Haciendo un ademán de desprecio con la mano derecha, mientras se voltea hacia el lado opuesto).
-El Bronco: ¿Qué fue lo que dijiste, arrastrao?
-Dr. Franky: Ehhh, ehh…, dijo que errres de Monterrey y que no te ves muy viejo.
-El Bronco: Está bien, pero sepan que a mí ningún $#%&/% me va a venir a ver la cara.
-Dr. Franky: ¡Cálma, calma, porrr favorrr! Igorrr es muy brrromista, ¿verrrdad Igorrr?
-Igor: ¡Bromista mis ‘evos!
-El Bronco: ¡Ahora sí lo escuché bien! (Sacando su pistola). ¡Ora sí vamos al monte a matarnos como los meros machos!
-Dr. Franky: Mirrre, mejorrr pasamos a las prrreguntas y respuestas, ¿es cierrrto que usted prrropuso que les mocharrran las manos a todos los ladrrrones?
-El Bronco: (Guardando la pistola). Pos sí. Esa propuesta la estuvimos analizando mucho yo y mi equipo de trabajo que me traje de Nuevo León. No sabíamos qué castigo podrían merecer los delincuentes, así que procedimos a elaborar una propuesta para que aquellos que sean sorprendidos robando, se les mochen las manos.
-Dr. Franky: Y ahorrra que ganó El Peje, ¿va a prrroponerrr que adopte esa recomendación?
-El Bronco: Pos no nada más eso, mondao. La propuesta de ley incluye también que se castigue a los violadores cortándoles ya saben qué, además de mocharles la lengua a los que dan falsas declaraciones en un juzgado, sacarles los ojos a los testigos de un asesinato que no denuncien a los homicidas y mocharle las orejas a los marucheros, punteros y radieros, entre otras cositas que se me habían ocurrido.
-Igor: ¡Ay, qué ‘amón!
-El Bronco: ¿Qué dijo?
-Dr. Franky: Nada, solamente que se le antojó una torrrta de jamón. Perrro bueno, volviendo a su parrrticipación en las elecciones, ¿qué lección le deja el haberrr quedado en último lugarrr?
-El Bronco: Pos que no puedes entrar a una elección sin un cinco en el bolsillo. Además, cada voto fue auténtico, lo que representa un verdadero avance democrático para nuestra gran nación, aunque todavía no se compara con Monterrey.
-Igor: E’te ab’on ya ‘ta diciendo ‘uras ‘aladas.
-El Bronco: ¡Ahora sí lo mato! (Sacando de nuevo la pistola, mientras se dirige hacia donde está Igor, quien corre hacia la entrada para no ser alcanzado).
Sin embargo, a la salida ve de nuevo a la suculenta edecán y le grita al Dr. Franky:
-Igor: A ‘eta sí le a’imo el ‘amarón. ¡Olofoxxxx!