Por Pegaso
¡Es un condón! ¡Es un globo! ¡Es un sapo! ¡Nooooo! ¡Es Superfeto!
En la literatura fantástica no hay héroe más chimengüenchón y sacalepunta que Superfeto.
Ni Supermán, ni Kalimán, ni Tarzán, Ni Thor, ni el Chapulín Colorado le llegan a los talones.
Y es orgullosamente reynosense.
Producto de la calenturienta imaginación de Francisco Santibáñez, “El Pichón”, Superfeto saltó a la palestra con sus peligrosas y nunca vistas aventuras, combatiendo al mal y a la injusticia, y defendiendo al desvalido.
Posiblemente mis dos o tres lectores no sepan a qué me refiero.
Pero Superfeto es un personaje de dibujos animados que creó “El Pichón” allá, por el año de 1997, cuando sacaba una revista hecha por él mismo llamada “El Forastero”.
Superfeto aún está ligado a su mamá por el cordón umbilical, así que todas sus aventuras las vive acompañado por su progenitora, que es al mismo tiempo su fuente de poder.
Generalmente se encuentra en la barriga de ella, pero cuando hay peligro, sale por una abertura en el vientre y con su superfuerza les patea el trasero a todos aquellos que infringen la ley, o que abusan del más débil.
Marvel tiene a Ironman, a Hulk, al Hombre Araña, al Capitán América, al Dr. Strange, a Black Widow y a la Capitana Marvel; DC tiene a Supermán, a Batman, a Linterna Verde, a la Mujer Maravilla y a Gatúbela.
En México hubo o hay superhéroes para exportar, como el ya mencionado Hombre Increíble, Kalimán, como Chanok, como Fantomas, como El Santo, como El Pantera o como Capulina.
Pero al “Pichón” sólo le hizo falta crear un personaje para lograr la inmortalidad.
Y a pesar de no ser reconocido, porque su trabajo ha tenido más un público local, Superfeto tiene el mérito de ser el superhéroe más joven del mundo.
Así como lo leyeron mis dos o tres lectores, porque incluso aún no sale del útero.
Simplemente no hay forma de superar ese récord. Yo pensaría, por ejemplo, en un personaje ficticio que llamaría Superembrión, o Supercigoto, para hacerlo más joven, pero aún así el Superfeto marcó un hito en todo el mundo.
¡Prepárense, villanos, porque después de varios años de ausencia, “El Pichón” amenaza con revivir las increíbles, chipocludas y sabrosas aventuras de Superfeto, cuya única kriptonita son las tijeras.
Aquí tendrían que ponerse bien pilas los productores de Marvel y DC para adquirir los derechos sobre los caracteres y realizar una megaproducción a la altura de Avengers Infinity War o Supermán Regresa; y existe el riesgo de que Netflix les gane el parparión y se aviente una serie completita.
Superhéroes hay que utilizan la fuerza bruta, como Hulk, o que son unas chuchas cuereras para el karate, como Bruce Lee, o que tienen visión de rayos láser y vuelan, como Supermán, o que lanzan telarañas, como El Hombre Araña.
Pero no hay ninguno tan genial y tan morrocotudo como Superfeto.
Esperamos con ansias la continuación de sus aventuras.
Mientras tanto, ¡venga el refrán estilo Pegaso!: “Y arribé como el Hombre de Acero, con la ropa interior sobrepuesta a la prenda larga que cubre la parte inferior del cuerpo”. (Y llegué como Supermán, con los chones encima de los pantalones).