Por Pegaso
Luego de mi vuelo vespertino me puse a pensar en el vertiginoso paso del tiempo.
Cuando eres un chaval todo es risa, jolgorio y rebane, pero llegas a cierta edad y ya te pesan las horas, los días, las semanas, los meses y los años.
Ya estamos en agosto y parece que fue ayer que estábamos cenando recalentado de pavo con la familia en las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Tras pasar el frío intenso del invierno, llegó el calorcito de la primavera y por supuesto, nos tomamos unas merecidas vacacioncitas.
Seguimos con el Día del Amor y la Amistad, el Día de las Madres, las elecciones, el Mundial de Futbol y henos aquí, entrando de lleno a la segunda mitad del 2018.
En adelante nos esperan, por supuesto, el regreso a clases de la chamacada, las Fiestas Patrias de septiembre, el Día de la Raza, Halloween, el Día de Muertos con su desfile de catrinas, las Fiestas de la Revolución y nuevamente la Navidad y el Año Nuevo, con todo y recalentado.
En pleno mes de julio, por lo menos en una tienda departamental exclusiva como City Club, pusieron a la venta los pinitos de Navidad.
En agosto, más o menos a mediados, junto con las máscaras y dulces de Halloween, Soriana y HEB colocan en sus estantes los santacloses, los monos de nieve, las esferas, las luces navideñas y los pinos sintéticos.
Quizá para la chaviza sea un ciclo largo, pero a nosotros, los de la momiza, nos parece que el tiempo vuela.
Ya lo decía Renato Leduc: «Sabia virtud de aprovechar el tiempo/a tiempo amar y desatarse a tiempo».
Por cierto, ¿qué fue de nuestros propósitos para el 2018?
Pocos los cumplieron y la gran mayoría ya ni siquiera nos acordamos.
Casi siempre la lista la encabezan las siguientes determinaciones:
-Ir al gym para bajar las llantitas.
-Ahorrar.
-Dejar de fumar y de chupar.
-Arreglar la casa.
-Pagar las cuentas pendientes.
-Ponerse al corriente con Hacienda.
Yo pienso que lo que resta del 2018 pasará muy rápido.
En septiembre iniciarán las sesiones de la 64 Legislatura federal, en octubre toman posesión los nuevos alcaldes y los que se reeligieron, y el primero de diciembre asumirá el nuevo Gobierno Federal.
No pasará mucho cuando el espíritu navideño nuevamente llame a nuestras puertas y empecemos a cantar villancicos, como aquel de «Belén, Belén, campanas de Belén/que los ángeles tocan/¿qué nuevas nos traen?»
Y no me lo van a creer, pero no me había fijado que mientras escribo estas palabras estaba tomando un rico tecito de manzanilla en una taza ¡con motivos navideños!
Quédense con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: «Existe una cantidad mayor de dimensión temporal que de manifestación vital». (Hay más tiempo que vida).