Por Pegaso
Cumplida que fue la consigna de los poderosos grupos que gobiernan al Mundo, ya pronto estará disponible la vacuna salvadora contra el COVID.
La rasuradita que se le ha dado a la población mundial ha sido hasta el momento de 741,380 muertos, lejos de los 2 millones de víctimas que presagiaban los conspiranoicos.
Cantidad mínima si se compara con los 7,700 millones de peludos y peludas que hay en el planeta en el 2020.
De todas maneras, a muchos países les cayó como anillo al dedo la pandemia.
Y cómo no, si la cantidad de jubilados y enfermos estaba creciendo exponencialmente, llevándose gran parte del presupuesto anual.
Suena cruel, lo sé, pero el conocido demógrafo del Siglo XIX, Thomas Malthus, ya había predicho que la población mundial se duplicaría cada 50 años. Él sostenía la teoría de que cada medio siglo por lo menos, tendría que eliminarse a parte de esa población, ya sea con alguna guerra, con alguna catástrofe natural o mediante alguna epidemia.
Holliwood, que es el vocero oficial de la cofradía de archipoderosos que mueven los hilos del mundo, ya nos había advertido que se avecinaba una buena sacudida al árbol.
En el 2019 se estrenó la película de Marvel llamada Avengers: End Game, con Robert Downey Jr., Chris Evans, Mark Ruffalo, Chris Hemsworth y Scarlett Johansson; Dirección de Antony y Joe Russo, en base a caracteres creados por Stan Lee y Jack Kirby.
El villano, un titán loco llamado Thanos, busca apoderarse de las gemas del Infinito para eliminar a la mitad de la población de la Galaxia.
Thanos, en el mundo real, está personificado por las cinco familias más poderosas del planeta: Los Rotschild, los Rockefeller, los Morgan, los Du Pont y los Bush.
Pero hay otro diablo panzón que siempre está bajo las sombras: Jorge Soros, que viene siendo algo así como el que mueve la batuta en esta orquesta macabra de personajes, donde el Mundo baila al son que ellos tocan.
Cada año, un promedio de 150 prohombres se reúnen en un sitio privado para analizar y debatir acerca del destino del planeta. Se trata del famoso Club Bilderberg.
Me imagino que, como Thanos, en una de las más recientes reuniones, se pusieron el guante del Infinito y chasquearon los dedos para decretar la muerte de millones de personas, en pro de reducir la población mundial y evitar la catástrofe demográfica.
Lo que sí es cierto es que cada vez son menos las personas que trabajan y más los enfermos y dependientes.
No nos vayamos tan lejos. El Instituto Mexicano del Seguro Social está al borde del colapso, porque tiene más pensionados que trabajadores que aportan.
Que fallezcan varias decenas de miles de viejitos, diabéticos y cancerosos representará un ahorro de muchos millones de pesos al año y dará un respiro a los cansados sistemas de salud pública del País.
En medio de todas las malas noticias con que nos bombardean los medios masivos de comunicación, surge una esperanza: La vacuna.
Hay varias decenas de investigaciones por separado que tienen en etapa experimental algún biológico que ayude a prevenir la enfermedad causada por el SARS-CoV-2.
Cuando pueda conseguirse a bajo precio y todos podamos aplicarnos esa vacuna, como lo hacemos con la influenza estacional, volveremos a la normalidad.
Hasta entonces, hay que seguir cuidándose, porque inventado o no, el virus sigue siendo peligroso.
Y el refrán estilo Pegaso dice así: “Pierden sus signos vitales una multitud que no los habían perdido anteriormente”. (Están muriendo muchos que no habían muerto antes).