Por Pegaso
Recojo la preocupación y la inquietud de mi amigo Chano Campos en cuanto a que la economía del país se está yendo a pique, en que es necesario establecer una nueva unidad monetaria para apuntalar su fortaleza, en la necesidad de retornar a los viejos tiempos en que las familias tenían poder adquisitivo para comprar el mandado de la semana, comprarse unas garritas y dejar para la chela del viejón.
Recuerdo aquella popular melodía, fruto de la lírica picaresca del México urbano que a la letra decía: “Mira, Bartola/ ahí te dejo esos dos pesos./ Pagas la renta/el teléjono y la luz./ De lo que sobre/dejas de ahí para tu gasto./ Guárdame el resto/para echarme mi alipúz”./
Y es que andaba yo volando allá, cerca de la estratósfera, recordando la simpática propuesta de Chano sobre el retorno del “varo” como unidad monetaria.
Quien conozca al agudo periodista y crítico de cine, autor del conocido libro “El Halcón Peregrino”, sabe de su inveterado y ácido sentido del humor.
El varo no es una unidad monetaria ni nunca lo ha sido. Era una forma coloquial de llamar al peso.
En aquellos tiempos, estoy hablando de las décadas de los sesenta y setenta, pedir un varo de lo que fuera eran palabras mayores. Te daban copeteado y hasta el el pilón.
Ahora, quieres comprar un peso de tortillas y te lo avientan en la cara, porque ni siquiera pagas el valor del papel donde se envuelven.
Si vas a surtir el mandado al supermercado, el dinero ya no rinde lo mismo, porque de entrada está un viejito que te ayuda a acomodar los productos en la banda de la caja y ya se te fueron dos pesitos, por lo menos. La cajera te dice que si quieres redondear, y ya son otros cincuenta centavos. Luego de pagar viene el empacador. Otros dos o tres pesos; enseguida, un cerillito que se ofrece a llevar el carrito del mandado hasta tu auto, tres pesos más. Y para rematar, el guachacoches toca su silbato para echarte aguas al salir del estacionamiento y siempre de los siempres se coloca estratégicamente al lado del chofer para que lo puedas ver y no se te olvide darle su propina.
Que el dinero ya no rinde como antes, no es novedad. El salario no aumenta en la misma proporción que la inflación y ahora ganamos menos del diez por ciento de lo que ganaban nuestros padres y nuestros abuelos en aquella hermosa época, cuando el varo era la unidad monetaria del país, al menos en la barriada.
Fuera de guasa, la propuesta de una nueva unidad monetaria para el país no tiene nada de descabellado.
En Europa la moneda corriente de cada país fue sustituida por el Euro. En América se habló muchas veces de hacer algo similar y crear una sola moneda llamada Ámero.
En la Internet, como es peligroso manejar datos personales y cuentas bancarias, algún avispado internauta creó una moneda virtual: El Bitcoin.
Yo abogo para que el Presidente Peña Nieto emita un decreto que establezca el varo como unidad monetaria para México. Y para ello, le presento aquí algunas ideas que podrían servir para cambiar el rumbo de la política monetaria del país:
1.-Se crea el varo como unidad monetaria de los Estados Unidos Mexicanos.
2.- El varo sustituye al peso en las transacciones financieras y comerciales que se realicen en el territorio nacional.
3.- El tipo de cambio base es de 100 dólares por varo; se establecerá un sistema de flotación del tipo de cambio hasta que se alcance una cotización de mercado.
4.- La Casa de Moneda se encargará de acuñar las nuevas monedas y billetes de distintas denominaciones.
5.- El varo será elaborado en base a metal reciclado. Tendrá en uno de sus lados el águila parada sobre un nopal, devorando a una serpiente. Por el otro lado, una mano con el puño cerrado, a excepción del dedo cordial, que estará levantado.
6.- Las disposiciones contenidas en éste decreto entrarán en vigor al momento de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
En caso de que el Presidente de la República y las Comisiones Permanentes del Senado y de la Cámara de Diputados opten por adoptar esta medida, la cual que redundará en el fortalecimiento de nuestra mermada economía, favor de dar el debido crédito al autor de tan sesuda propuesta, mi amigo Chano.
Quédense con el refrán estilo Pegaso: “Te proporciono moneda que se utiliza como unidad monetaria, una sobre otra, invariablemente hasta contabilizar un par”. (Te doy peso sobre peso, siempre hasta llegar a dos).