Tampico, Tam.- Especialistas en psicología de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), abordaron el tema del confinamiento social provocado por el COVID-19 y su impacto en los trastornos mentales y reflexionaron en torno a la procuración de una convivencia familiar sana y responsable.
El tema fue impartido por la Maestra Lorena Alicia Medina López, dentro del curso en línea titulado “Intervención en Crisis”, que llevó a cabo la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FADYCS) del Campus Tampico.
Ante estudiantes de la carrera de Psicología de la FADYCS que siguieron el curso por la plataforma Teams, la ponente explicó los trastornos mentales que pueden presentarse por el confinamiento social, entre ellos, el estrés y la depresión.
En este sentido, alertó de trastornos que pudieran estar haciendo más complejo el confinamiento ocasionado por la pandemia COVID-19 en nuestro país y que harían más compleja la convivencia familiar durante esta temporada.
Describió que el confinamiento por COVID-19 en nuestro país y en la entidad, ha acarreado para las familias estrés, depresión, miedo y otros trastornos mentales, derivado del tema económico y social principalmente.
Señaló que además se están viendo otros que están relacionados a asumir tareas a las que no estaban acostumbrados, como el trabajo desde casa.
“El trabajo desde casa no es para cualquiera, si no se tiene una capacidad organizativa la gente va a empezar a sufrir niveles de estrés muy altos y eso lo va poner en una condición de vulnerabilidad a desarrollar cualquier trastorno metal”, explicó.
Destacó que las medidas de confinamiento dictadas por las instancias internacionales, apelan a la buena voluntad y al sentido de conciencia, “pero dónde queda el estado emocional que se ha venido gestando durante mucho tiempo, por ejemplo, la falta de convivencia en los hogares y que ahora estamos obligados a cumplir, nos comprometieron a la convivencia durante 24/7. Estamos comprometidos porque no nos queda otra”, indicó.
Sostuvo que los padecimientos psicológicos en época de COVID-19, deben verse desde quienes los adquirieron durante el confinamiento y de las personas que ya los padecían y que se han agudizado en esta temporada.
“El riesgo de que se eleve y se complique el trastorno a quien ya lo tenía, va a ser mucho más agudizado que quien apenas lo está padeciendo. Y se están presentando cosas de las cuales ni teníamos registro”, apuntó.
Subrayó que el aumento de trastornos mentales, tiene que ver con la situación económica derivada de la pérdida de empleos, así como del miedo al contagio del virus y de la zozobra generada por el exceso de información.
Puntualizó que estos factores han desencadenado trastornos mentales como: estrés, depresión, ansiedad, violencia intrafamiliar, suicidio, trastornos del sueño, entre otros, con un alto costo emocional puesto que se traducen en sentimientos como: aburrimiento, enojo, miedo, fatiga y en conductas compulsivas como el consumo de alimentos o alcohol.
Ante este escenario, añadió que inicialmente a una consulta profesional, se recomienda hacer actividades planificadas en el hogar, respetando los espacios personales de cada miembro de la familia.