Washington.- El líder del grupo yihadista Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi, detonó un chaleco suicida que lo mató a él y a tres de sus hijos luego de que miembros de las fuerzas especiales estadunidenses lo atraparan en un túnel sin salida en Siria, anunció este domingo el presidente estadounidense, Donald Trump.
«Su cuerpo fue mutilado por la explosión. El túnel también se derrumbó sobre él. Pero los resultados de una prueba lo identificaron de forma cierta, inmediata y totalmente positiva. Era él».
«El delincuente que se esforzó tanto por intimidar a los demás pasó sus últimos momentos con miedo absoluto, en total pánico y temor, aterrorizado por las fuerzas estadunidenses que se cernían sobre él», dijo Trump en la Casa Blanca.
Aparición pública en 2014
Abu Bakr al Bagdadi no ha dado señales de vida desde una grabación de audio difundida en noviembre de 2016, tras el inicio de la ofensiva iraquí para retomar Mosul, en la que pidió a sus hombres que lucharan hasta convertirse en mártires.
Fue en Mosul donde el líder del EI hizo la única aparición pública de la que se tiene conocimiento, en julio de 2014, en la mezquita Al Nuri.
Vestido de negro y con turbante, el yihadista de barba entrecana llamó entonces a todos los musulmanes a jurarle lealtad tras ser designado jefe del califato proclamado por el EI en los extensos territorios que había conquistado en Irak y en la vecina Siria.
Bagdadi, cuyo verdadero nombre es Ibrahim Awad al Badri, nació supuestamente en 1971 en una familia pobre de la región de Bagdad. Apasionado por el fútbol, fracasó en su intento de ser abogado y luego militar, y empezó a estudiar la teología.
Durante la invasión estadounidense de Irak en 2003, creó un grupúsculo yihadista sin mucho impacto, antes de ser detenido y encarcelado en la gigantesca cárcel de Bucca.
Liberado por falta de pruebas en su contra, se unió a un grupo de guerrilla sunita vinculado a Al Qaida y lo encabezó años después. Aprovechando el caos de la guerra civil, sus combatientes se instalaron en Siria en 2013 y desde allí lanzaron una ofensiva en Irak.
El grupo, que cambió su nombre por el de Estado Islámico, ocupó el lugar de Al Qaida. Sus éxitos militares iniciales y su propaganda eficaz llevaron a miles de personas a alistarse en sus filas. El EI ha reivindicado numerosos atentados sangrientos en todo el mundo.