Cartelera/ POR HUMBERTO GUTIERREZ

GUERRA COMERCIAL PRESIONA AL TLC

Decía la abuela que ni plazo que no se cumpla, ni tempo que no llegue. DONALD TRUMP cumplió finalmente su amago de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio por 25% y 10% respectivamente, provenientes de México y otros países o regiones como Canadá y la Unión Europea a partir del primer minuto del 1 de junio.

Está causando inconvenientes en sus relaciones con el mundo. Y no es cualquier cosa tener al mundo inconforme.

 México respondió con la imposición de aranceles a productos de aceros planos, lámparas, cerdo, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos. El objetivo es claro: imponer medidas equivalentes y equiparables a la afectación, que en este caso asciende a 2 mil 756 millones de dólares.

Nada más en productos porcinos México importa 350 mil toneladas al año.

Antes de analizar los potenciales impactos, la decisión de Estados Unidos sobre los aranceles al acero es el resultado de una investigación de un año en el cual el Departamento de Comercio concluyó que eran prioritarios por una razón de seguridad nacional.

No existe alguna justificación económica que lo sustente porque Estados Unidos tiene un superávit comercial con México en fundición de acero, productos manufacturados de hierro y acero y en aluminio, además de que nuestra industria siderúrgica no incurre en prácticas de competencia desleal ante el comercio exterior.

Los analistas definen esta decisión como la antesala de una guerra comercial.

Los aranceles impuestos por EU afectan sectores estratégicos para México como el automotriz, aeroespacial, eléctrico y electrónico. Así como la industria de autopartes, la construcción, de fabricación de maquinaria y equipo, de equipo de computación, de medición y de equipo de transporte.

Lo que se reflejará en un aumento en los precios.

En una guerra comercial no hay ganadores.

Estas medidas impactarán en el corto plazo, en el poder de compra de consumidores afectados por el alza de precios, y en el largo plazo en la competitividad de sectores estratégicos de México como el automotriz, en donde Asia está tomando un liderazgo considerable.

La historia reciente: la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte inicio el 16 de agosto de 2017, desde entonces el Presidente TRUMP ha dicho que si de la negociación no es favorable a sus deseos se va a retirar y ponerle tasas impositivas a las importaciones.

La reciente decisión de la Administración Trump de imponer aranceles de 25% a las importaciones de Canadá y México de ciertos tipos de acero y de 10% a las de aluminio por consideraciones de «seguridad nacional».

Aunque ambos socios estuvieron exentos de dichos aranceles al anunciar la medida el 23 de marzo, ello sólo buscaba ser una forma de presión a fin de obtener las concesiones que EU exige para concluir la renegociación del TLCAN.

Trump ha sido congruente y predecible en su política comercial nacionalista, aislacionista y proteccionista. En la medida en que cumple sus promesas de campaña se encienden focos rojos no sólo para la negociación del TLCAN sino para el comercio internacional.

Esta medida ha complicado las negociaciones del acuerdo, la investigación iniciada el 23 de mayo pasado relativa a las importaciones de autos, camionetas, camiones ligeros y pesados, así como autopartes aduciendo razones de seguridad nacional parecería ser una forma de presionar a Canadá y México para acceder a sus demandas en reglas de origen que buscan privilegiar la producción e inversión en EU.

La amenaza de un eventual arancel de 25%, el arancel consolidado en la Organización Mundial del Comercio es de solo 2.5%. Trump contra el mundo.

Estamos frente a la antesala de una guerra comercial, sería un muy duro golpe a las exportaciones mexicanas que en 2017 rondaron los 110 mil millones de dólares (mdd), es decir, casi 30% de las ventas totales a EU.

Estamos viendo el inicio de una escalada comercial que puede tener efectos perjudiciales para la economía de los involucrados y la global. Los países afectados reaccionan ya sea con medidas espejo o aplicando aranceles. La Unión Europea, México, Canadá, Japón y China ha indicado en una vía paralela.

A partir de un falso argumento de seguridad nacional es imposible no reaccionar de igual forma aun cuando una guerra comercial no conviene a nadie.

La pretensión es plausible, pretende  mantener la mayoría republicana en el Congreso en noviembre y reelegirse en 2020.

México publicó el martes una lista de aranceles a importaciones estadounidenses, en respuesta a las tarifas establecidas por el gobierno del presidente Donald Trump al aluminio y acero mexicanos.

La lista mexicana incluye aranceles del 15% al 25% a una serie de artículos como manzanas, productos porcinos, papas, queso, bourbon y planchas de aluminio.

México importa productos porcinos  por 350 mil toneladas, casi un tercio de lo que consume.

Que tan grave es que se produzca una guerra comercial?

El Banco Mundial (BM) prevé una desaceleración del crecimiento global, al 3,1 % en 2018 y 3 % en 2019, ante los crecientes riesgos de tensiones financieras, la escalada del proteccionismo comercial y el aumento de los tipos de interés, según su informe semestral de perspectivas.

Mientras, las economías emergentes la desaceleración será más rápido, un 4,5 % y 4,7 %.

Mi correo: humbertografico/yahoo.com.mx, en twitter /cartelera1997

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