Por: Martin Juárez
El escenario es triste y preocupante, mientras Reynosa se debate entre la violencia y la inseguridad, el Diputado Marcos Gallegos parece estar más enfocado en su autopromoción que en cumplir con su deber como representante público, su persistente presencia en la esfera de la política se ha convertido en un ejemplo lamentable de oportunismo irresponsable.
A pesar de ser el presidente de la Comisión de Seguridad Pública en el Congreso del Estado, Gallegos ha demostrado ser un cero a la izquierda en esta materia crucial para la comunidad.
Mientras los ciudadanos sufren la arremetida de la delincuencia organizada, él opta por eludir su responsabilidad y sumergirse en un desenfrenado auto proselitismo. Su constante aparición en eventos públicos y su inversión en publicidad demuestran que está más interesado en mantener su presencia en la mente de los electores que en brindar soluciones reales.
El contraste entre su accionar y la situación que enfrenta su ciudad es indignante. Uno de los postes derribados por la delincuencia la madrugada del domingo pasado, quedaron a unos metros de la pizarra de leds que muestra su imagen en el bulevar Morelos.
Mientras Reynosa sufre, Gallegos se da el lujo de divertirse en un zoológico, dejando en claro su falta de empatía y su desconexión de la realidad, sus eventos públicos sin vergüenza alguna demuestran que está más preocupado por mantener su estatus y beneficios personales que en abordar los problemas que afectan a su electorado.
En dos años, Gallegos ha demostrado ser un oportunista voraz, se ha aferrado al dulce presupuesto, beneficiándose de su posición para obtener sueldos, prestaciones y bonos, mientras los ciudadanos sufren las consecuencias de la inseguridad.
A pesar de conocer la cruda realidad de Reynosa, no ha mostrado voluntad para impulsar cambios legislativos que brinden garantías a los ciudadanos, su falta de acción en este frente fundamental demuestra su falta de compromiso real con su comunidad.
La insensatez de Gallegos no tiene límites, en su búsqueda desesperada por mantenerse en el poder, se une a otros con intereses similares para continuar con su acomodada posición. Su enfoque en el proselitismo, en lugar de en el servicio público, es un insulto a la confianza que los ciudadanos depositaron en él.
El caso del Diputado Marcos Gallegos es un ejemplo flagrante de oportunismo y falta de responsabilidad, los ciudadanos de Reynosa merecen representantes comprometidos y responsables que busquen soluciones en lugar de autopromoción.