- Aún existen varios retos, entre los cuales está saber con exactitud cuántos diseñadores se han titulado en México, cuántos son contratados y por quién, y dónde están, haciendo qué, entre otras interrogantes
Ciudad de México.- El libro “Indicadores para medir la capacidad creativa de diseño e innovación en México” surge como un intento de responder a la interrogante ¿es posible medir a partir de indicadores existentes sobre creatividad, diseño e innovación, el desempeño de México?
Será presentado en la unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en el marco del Librofest Metropolitano 2018 el lunes 28 de mayo a las 16:50 horas en el Foro I. La presentación estará a cargo de los autores: Marco Vinicio Ferruzca Navarro, Jorge Rodríguez Martínez, Christof Gobel y Carolina Andrade Díaz.
En entrevista, el profesor investigador de la UAM Azcapotzalco y uno de los autores del libro, Jorge Rodríguez Martínez, comentó que el volumen es apenas un incipiente intento de medición de diversos indicadores sobre la creatividad, el diseño y la innovación en México.
“Iniciamos el doctor Marco Ferruzca y yo mientras trabajábamos en un Sistema de Diseño basado en una metodología utilizada en Milán y en Barcelona; posteriormente se sumaron a este trabajo el doctor Christof Adolf Göbel y la maestra Carolina Andrade. Lo que se trató es buscar la forma de aplicar esta metodología al caso de la Ciudad de México”.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) detalló que el Sistema de Diseño revisado tiene tres aristas: una es la oferta de diseñadores; la segunda, es quién contrata a los diseñadores, por ejemplo, universidades y editoriales y otra es la utilización del diseño como parte del proceso productivo.
“Invitamos a varios economistas y uno de ellos nos hizo fijarnos en los números más allá de la importancia del diseño en sí mismo, y fue así como nos dimos cuenta que hasta ese momento estábamos hablando sólo en términos subjetivos. Creo que ese cuestionamiento fue la clave para adentrarnos a las estadísticas”.
A partir de ese momento, relató, nos dimos a la tarea de buscar fuentes y hallamos varias, por ejemplo, está un índice de creatividad global que habla del talento, la tecnología y la tolerancia, aplicado a los casos de Estados Unidos y Canadá, además de otra fuente donde se evalúan los mismos indicadores, pero para el caso de Europa, y otra más que lo hace a nivel internacional y en el camino encontramos a varios especialistas dedicados a medir la creatividad y la innovación.
El doctor en Administración mencionó que el segundo apartado del libro lleva el título de “México en la creatividad global”, para el cual se evaluaron varios indicadores, siendo uno de ellos el clima creativo; otro más fue el diseño, creatividad e innovación en el diseño en México; un tercer aspecto que se evaluó fue la creatividad en investigación y desarrollo; un quinto indicador analizado fue la capacidad de diseño en México y por último, indicadores de la propiedad intelectual del diseño en México que incluye patentes, diseños industriales y marcas.
En este intento por hallar los mejores y óptimos indicadores para evaluar el diseño, la innovación y la creatividad en México se encontraron con que cuando se firmó el Tratado del Libre Comercio (TLC) por primera vez, se decidió utilizar los mismos criterios en Estados Unidos, Canadá y México, y derivado de ello hallaron información que utilizan como referencia los mismos indicadores “en aquellos países y la información está en un solo sitio, pero en México la información es poca y además está dispersa en varios sitios”.
Expresó que el libro “Indicadores para medir la capacidad creativa de diseño e innovación en México”, es apenas un intento por dar respuesta a varias interrogantes en cuanto al diseño, creatividad e innovación en México, ya que aún existen varios retos, entre ellos, por ejemplo, saber con exactitud cuántos diseñadores se han titulado en México, cuántos son contratados y por quién, y dónde están, haciendo qué, entre otras interrogantes.
Detalló que uno de los indicadores considerados es el número de despachos de diseño que existen en la Ciudad de México; otro más es el número de diseñadores; las universidades que imparten la carrera y las exportaciones que en materia de diseño aportan otros países.
“Nos adentramos en el Informe sobre la Economía Creativa de las Naciones Unidas que es el fruto de la asociación entre la UNESCO y el PNUD a través de la Cooperación Sur-Sur de las Naciones Unidas, en donde la parte medular es la creatividad, por ejemplo, el diseño y creatividad en videojuegos”.
El catedrático se refirió a la tercera parte del libro que contiene algunas recomendaciones del Programa Mexicano de Diseño 2018, a propósito de la designación de la Ciudad de México por la Organización Mundial de Comercio, como la capital mundial del diseño 2018. “En este libro nos adelantamos un poco para sugerir posibles actividades que se pueden realizar en este año aunque ya hay una serie de actividades a nivel del gobierno de la Ciudad de México y en algunas la UAM participará”.
Jorge Rodríguez añadió que las actividades sugeridas para este evento de corte internacional se tomaron de experiencias en otros países como Finlandia (Helsinki), Italia (Turin) y Sudáfrica (Ciudad del Cabo).
“Este trabajo es un primer acercamiento realmente, pero nos permite conocer de mejor manera el sistema de diseño en la Ciudad de México”.
Dijo que existen ya algunas iniciativas, por ejemplo, el economista Ernesto Piedra se ha dedicado a calcular cuánto del Producto Interno Bruto (PIB) se conforma por industrias creativas; hay otra iniciativa más por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que consiste en una cuenta satélite sobre indicadores de la situación del diseño en México.
“Ya no es un elemento raro la economía creativa, pero el reto es llegar a los tomadores de decisiones tanto a nivel gobierno como en las empresas para que lo apliquen de manera más estratégica, porque actualmente el 98 por ciento de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES) está en nivel de supervivencia. Un elemento de la ecuación debería ser el diseño dentro del proceso productivo de las empresas”.
Finalmente, expresó «el logro debe ser un cambio para retomar la creatividad y el diseño en inversión como factores importantes para el progreso de una ciudad y de un país».