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Para Tess Thompson Talley, asesinar a un animal «en nombre de Dios» no es raro. Por eso, lo más normal para ella fue presumir en sus redes sociales que mató a una jirafa negra africana, muy rara entre las de su especie.
«¡Las oraciones por mi búsqueda soñada, única en la vida, se hicieron realidad hoy!», puso como nota al pie en su foto de Facebook. La muchedumbre del internet no tardó mucho en reaccionar al post, y ahí su cacería soñada se convirtió en un mar de insultos.
El Twitter de Africa Digest fue el que lo sacó a la luz y lo hizo viral:
Las imágenes que compartió la originaria de Kentucky, Estados Unidos, datan de hace más de un año, pero a pesar del desfase y de que la ola viral llegó hasta ahora, sus palabras siguen siendo horrorosamente vigentes para todos aquellos que pagan cientos o miles de dólares por matar a un animal.
«Descubrí esta jirafa negra que venía buscando hace bastante tiempo. Sabía que era la elegida. Tenía más de 18 años, 4000 libras (unas dos toneladas) y fui bendecida para poder obtener 2000 libras (una tonelada) de carne de ella», remató su publicación. Y eso abonó un poco más al descontento de quienes se toparon con su trofeo circulando por las redes.
Más allá del incendiario hallazgo en la publicación de Thompson Talley, hay otras preguntas por responder, por ejemplo: ¿en dónde encontró la oportunidad esta mujer de matar a un ejemplar así?
Matar a un animal salvaje o exótico es tan fácil porque la conservación aún no paga como la caza. Y en un mundo donde el rey es el dinero, las ofertas de países como Zimbabwe, Zambia y Namibia, en Sudáfrica, son regla y no excepción.
Ante los insultos y los malos deseos, Thompson no se ha quedado callada y salió a decir que la jirafa que mató era muy vieja para reproducirse, y que en la caza todo se trata de un equilibrio de conservación mediante la «administración del juego». ¿Será? Postura dudosa ante los datos: las jirafas entraron hace poco a la lista de animales en peligro de extinción porque en tan sólo 25 años, su población se redujo en 40 por ciento.
Muchas celebridades, ambientalistas y otros ciudadanos han mostrado su repudio por Thompson, como es de esperarse. Lamentablemente esta no es la primera vez que la «hazaña» de un cazador pasa por los timelines de las redes masivamente, levantando las peores maldiciones y amenazas. Hay casos incontables. El asunto es: ¿cuándo se legislara sin controversia por los permisos de entrada de trofeos de caza a Estados Unidos?