- Su mal estado ocasiona reacciones que van desde hinchazón, ronchas, diarrea y vómito hasta obstrucción de vías respiratorias
Reynosa, Tam.- Al transitar la temporada de cuaresma se incrementa en la población el consumo de pescados y mariscos, motivo por el cual, médicos de la Delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tamaulipas invitan para que verifiquen el buen estado de los productos y eviten problemas de salud.
El director de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 40 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Reynosa Tamaulipas, Francisco Emmanuel Diaz Cisneros, informó señaló que el consumo de estos alimentos se relaciona con infecciones estomacales que acarrean síntomas como diarrea, náusea, vómito, fiebre y dolores abdominales, y generalmente aparecen 12 o 24 horas después de la ingesta del alimento contaminado.
Explicó el doctor, que otro síntoma relacionado al consumo de alimentos del mar, son las reacciones alérgicas, que pueden ocasionar, “por ejemplo los moluscos y crustáceos, como almejas, mejillones, camarones, cangrejos, pulpos y langostas, que contienen proteínas a las cuales algunas personas son hipersensibles”.
“Entre las manifestaciones, se encuentra la comezón en diversas partes del cuerpo, provocando ansiedad por rascarse, hinchazón de la boca e inflamación de garganta acompañado de dolores abdominales, diarrea y vómito, y en casos más severos, intoxicación, grandes rochas, coloración azul en la piel, baja presión arterial, pérdida de la conciencia y obstrucción de las vías respiratorias”, advirtió.
Derivado de lo anterior, el médico del IMSS indicó que ante cualquier reacción adversa por la ingesta de estos alimentos, se debe acudir de manera inmediata a atención médica, para que se valore el riesgo de la intoxicación y determine si es alguna reacción alérgica o infección bacteriana, y sólo él médico podrá prescribir el medicamento respectivo.
Finalmente, el director de la clínica N° 40, enfatizó que antes de consumir este tipo de productos se debe revisar su aspecto, color y olor, y en caso de ser enlatados o empaquetados, revisar fecha de caducidad y su etiquetado, que no presente abolladuras o inflado, porque significa que el producto puede estar en proceso de descomposición.