Gilberto fue el huracán más intenso originado en el Atlántico, hasta que el Huracán Wilma lo superó en 2005. También ha sido uno de los ciclones tropicales de mayor extensión con un área de 1,250 kilómetros.
El recuerdo de la devastación que causó el ciclón en los tres estados de la Península de Yucatan y en la frontera Norte de Tamaulipasy Estado de Nuevo Leon aún persiste en la memoria de quienes vivieron en carne propia el fenómeno natural.
El huracán se originó el sábado 10 de septiembre de 1988 en el mar Caribe a unos 200 kilómetros al sur de Puerto Rico; de acuerdo con especialistas del Centro Meteorológico de Mérida el huracán rebasó el nivel de categoría 5 con vientos superiores de 300 km/h.
A pesar de que los pronósticos indicaban que el huracán tocaría únicamente algunos puertos de la costa oriente, desde temprana hora del miércoles 14 de septiembre, cambió de rumbo y se internó en el Estado. Permaneció en la Península de Yucatan alrededor de 10 horas hasta que cerca de las 7 de la noche salió al Golfo de México continuando su trayectoria hacia la frontera Tamaulipeca y Nuevo León, donde dejo inumerables perdidas humanas y materiales.
Gilberto se mantuvo por encima de la categoría 3 hasta el momento de impactar tierra por última vez cerca de La Pesca, Tamaulipas, el 17 de septiembre. Gilberto se degradó a tormenta tropical con vientos sostenidos de 100 km/h justo antes de golpear la ciudad de Monterrey, Nuevo León, donde desbordó el río Santa Catarina, además de causar graves daños por inundaciones debido a las lluvias torrenciales que dejó en todo el noreste de México. Posteriormente giró hacia Estados Unidos, en donde provocó 29 tornados en Texas y siguió degradándose hasta convertirse en depresión tropical.4