- En los Juegos Paralímpicos, la victoria y la derrota tampoco están exentas de polémica
Ciudad de México.- Ni en los Juegos Paralímpicos la victoria y la derrota están exentas de polémica.
El lanzador de bala malasio Muhammad Ziyad Zolkefli parecía haberse coronado campeón olímpico en la categoría F20. Pero tras su victoria del martes, fue descalificado por haber llegado tarde a la competencia.
Zolkefli y otros dos deportistas -que no subieron al podio del Estadio Olímpico- pudieron competir bajo protesta luego de no presentarse a tiempo para el evento, explicó el vocero del Comité Paralímpico Internacional (CPI), Craig Spence.
«Llegaron tarde, podrían tener una razón lógica para su tardanza y, por lo tanto, les permitimos competir y revisamos las circunstancias del problema más tarde», añadió Spence.
World Para Athletics, el organismo que rige el atletismo paralímpico, explicó en un comunicado más tarde que, después de la prueba, un juez determinó que «no había una razón justificable para que los atletas no se reportaran» a tiempo. Una apelación fue rechazada, agregó.
La descalificación dio la presea dorada al ucraniano Maksym Koval, mientras que su compatriota Oleksandr Yarovyi se colgó la plata. El bronce fue para el griego Efstratios Nikolaidis.
Según Spence, la descalificación fue recibida con ira en redes sociales, donde se realizaron comentarios «muy abusivos», sobre todo hacia los ucranianos.
«Lo siento. Las reglas son las reglas», afirmó Spence. «La decisión está tomada. No fue culpa de los ucranianos que el malasio llegase tarde»-.
Spence explicó que los deportistas señalados llegaron tres minutos tarde y no consideró que la sanción fuese dura. «Otros llegan cinco minutos antes», apuntó.
La excusa dada por el malasio y los otros dos deportistas fue que «no es escucharon el anuncio o estaba en un idioma» que no comprendían, afirmó el vocero.
La clase F-20 en lanzamiento de bala es para deportistas con discapacidad intelectual.
The Associated Press intentó ponerse en contacto con la delegación paralímpica de Malasia a través de un correo electrónico proporcionado por el CPI, pero no obtuvo respuesta de inmediato.