- No pocos actores políticos se dicen «perseguidos», que les fabrican delitos afirman
Por: René Martínez Bravo
El presente proceso electoral es inédito, sólo está en juego una posición, que sin temor a equivocarnos, es la más codiciada de todas las encomiendas, el poder ejecutivo reviste de una importancia muy relevante, especialmente cuando tienen la oportunidad de manipular a los otros dos, de los tres poderes que conforman un gobierno.
Por ello, desde el inicio de esta justa electoral, presentimos, sería muy cruel, despiadada, desalmada, sucia, desinformada, porque la promoción para conocimiento de propuestas y de los candidatos se presenta corta, muy pobre, la campaña ha sido opacada por la «anticampaña», o sea, usar las críticas y los errores del adversario para denostar, injuriar, insultar, ofender, aplicar la propaganda negra en lugar de proponer y ofertar al electorado positivas iniciativas en beneficio colectivo.
Más grave aún se torna este clima electoral, cuando no hay argumentos válidos que justifiquen vilipendiar al de enfrente, las «fake news» o noticias falsas, – señalamientos sin fundamento- inundan las redes sociales, tomando por asalto a quienes por ignorancia o conveniencia lo dan por cierto, y lo que debiera ser una campaña seria, de propuestas, iniciativas dignas, y así convencer con honestidad al electorado, se vuelve un campo de batalla, vulgar, mezquino, mediocre y una falta de respeto a toda la sociedad, misma que se retrae y desanima para ir a ejercer su derecho a votar y escoger a sus autoridades.
Lograr manejar, mangonear o dirigir desde el ejecutivo a sus pares, el legislativo y judicial, es el sueño de cualquier gobernante, es el poder absoluto sobre instituciones y pobladores, significa poder erigirse en el Señor de Horca y Cuchillo.
Sin duda que, escenario como el mencionado es muy peligroso para cualquier sociedad, la democracia se paraliza cuando la ambición y soberbia se apodera de cualquier mandatario, el mandante se reduce a menos que nada, sus derechos son pisoteados, y lo que debiera ser un gobierno socialmente responsable y democrático termina siendo una tiranía, se ha luchado mucho para lograr avances en busca de libertades plenas y el respeto a los derechos humanos, retroceder no es una opción, definitivamente no lo es.
El presente ejercicio electoral, sin duda pasará a la historia, en las manos del árbitro electoral y las autoridades mismas de gobierno, está el «como» figure, la responsabilidad será suya, claro, igual será irresponsables todos los actores políticos participantes de no aplicar la debida conducta, pero quienes tienen la obligación de observar y sancionar son las autoridades correspondientes.
El hacer uso del poder, de las instituciones de justicia, para atemorizar, intimidar, amedrentar a los actores políticos u operadores de fuerzas antagónicas, es arrebatar el libre derecho que tiene el ciudadano de participar en la selección de gobierno que prefiera.
En Tamaulipas se dicen perseguidos políticos no pocos activistas, líderes, políticos y alcaldes, tales como la Diputada Úrsula Salazar, la presidenta municipal de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas y Eduardo Gattás de ciudad Victoria, que son falsos y fabricados los delitos que les imputa la fiscalía estatal, y que es por instrucción del gobierno del estado, muy lamentable que esto suceda, de ser cierto lo dicho por estas personalidades, que de manera coincidente, todos ellos perteneces o simpatizan con Morena o su candidato al gobierno estatal.
¿»Justicia o revanchismo»?…