- La llama olímpica llegó en una linterna que fue entregada simbólicamente a Yuriko Koike, la gobernadora de Tokio
Ciudad de México.- La antorcha olímpica llegó a Tokio este viernes para una sombría ceremonia en un estadio vacío, después de que Japón y los organizadores de los Juegos Olímpicos prohibieran la asistencia de espectadores en la mayoría de las pruebas deportivas por miedo al COVID-19.
Bajo un cielo gris y lluvioso, a exactamente dos semanas de la apertura de los Juegos prevista el 23 de julio, la llama olímpica llegó en una linterna que fue entregada simbólicamente a Yuriko Koike, la gobernadora de Tokio.
«Estoy feliz de que acojamos el relevo de la llama con este legado que mostramos orgullosos en casa y en el extranjero», declaró Koike.
La gobernadora de Tokio, quien fue hospitalizada recientemente por agotamiento, tosió tres veces durante el breve discurso y varias más una vez terminado.
El jueves estimó que celebrar las pruebas a puerta cerrada durante los Juegos Olímpicos de Tokio era «desgarrador», y pidió a los habitantes que sigan las competiciones desde casa «de manera segura».
Los organizadores de Tokio 2020 y las autoridades japonesas anunciaron el jueves por la noche que prohibían a los espectadores asistir a las pruebas deportivas en la capital. El público podrá acceder a algunos lugares fuera de Tokio, como el departamento de Fukushima.
Es una nueva medida sin precedente en la historia olímpica, después de la prohibición de espectadores procedentes del extranjero en marzo, y la suspensión el año pasado de los Juegos de Tokio a causa de la pandemia.
Estadio vacío en Tokio
Muchos deportistas de todo el mundo esperados en Tokio mostraron su decepción, y algunos, como el tenista australiano Nick Kyrgios, optaron por tirar la toalla.
La disputa a puerta cerrada casi total fue decretada después de una decisión del gobierno japonés de reinstaurar el estado de emergencia sanitaria en Tokio hasta el 22 de agosto, ante el aumento de los casos de COVID-19 y la propagación de la variante Delta, más contagiosa.
Este dispositivo, que cubrirá todo el periodo de los Juegos Olímpicos, que concluyen el 8 de agosto, establece especialmente restricciones para bares y restaurantes.
El relevo de la antorcha olímpica -algo que inicialmente se suponía que suscitaría entusiasmo- quedó relegado a pequeñas ceremonias de encendido de la llama sin espectadores, después de que se prohibiera el acto en las calles de varios departamentos y en Tokio.
El viernes, cinco trompetistas vestidos de traje tocaron una melodía bajo un kiosco que los protegía de la llovizna, delante de los medios de comunicación y de un puñado de funcionarios.
Pero las gradas permanecieron vacías en el estadio del parque olímpico de Komazawa, en los alrededores de la capital, que se construyó para los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964.
»Aristócratas olímpicos» en Tokio 2020
Aunque el archipiélago japonés se ha librado relativamente hasta ahora de la pandemia de COVID-19, con menos de 15 mil muertes registradas oficialmente desde principios de 2020, su programa de vacunación no se ha acelerado hasta mayo.
Por el momento apenas el 17% de la población se ha vacunado por completo y los expertos temen que la variante Delta provoque una nueva ola que podría desbordar la sanidad en el país, disparando el número de hospitalizaciones.
Los japoneses se debatían entre la cólera y la resignación este viernes, con los periódicos advirtiendo que la puerta cerrada podría no ser suficiente para detener la progresión del COVID-19.
El periódico japonés Nikkei estimó en un editorial que la prohibición de público no bastaría para frenar la propagación del virus. «Incluso sin espectadores hay temor de que las infecciones se propaguen, ya que decenas de miles de visitantes ligados a los Juegos Olímpicos, sin contar a los deportistas, vienen a Japón», escribe el rotativo.
Diferentes expertos sanitarios y la opinión pública nipona continúan preocupados por los riesgos potenciales asociados a la llegada de cerca de 70 mil personas procedentes del extranjero para los Juegos: los deportistas y sus entrenadores, representantes, jueces y periodistas de todos los continentes.
«Unos Juegos Olímpicos sin espectadores significan que se han convertido en unos Juegos Olímpicos para aristócratas, ya que sólo los aristócratas olímpicos podrán ver los Juegos», lanzó un internauta japonés en Twitter.
En el plano económico, los Juegos a puerta cerrada deberían tener un impacto negativo «bastante insignificante» para Japón, recordó este viernes Masamichi Adachi, economista para UBS.
El PIB de Japón, tercera potencia económica mundial, debería incluso crecer en el segundo semestre de 2021, mientras el avance en la vacunación permitirá el restablecimiento del consumo, según Adachi.