Por José Ángel Solorio Martínez
El Cachorro Cantú, líder del PAN en Tamaulipas, insiste en hundir y desmantelar a su partido. Su última declaración a la prensa, delata sus objetivos ocultos: el azul, está maquinando soslayar al PRI como aliado en los comicios regionales el 2024.
El panista reynosense, no ha visto, o no quiere ver, el impacto en la estructura política de la entidad. Numéricamente el tricolor, puede ser -de hecho, lo es- un guiñapo; no lo es, políticamente: representa dos legisladores locales, los cuáles en tiempos de polarización, pueden convertirse -como ha ocurrido- en el fiel de la balanza del Poder legislativo tamaulipeco.
De otra forma: el institucional, vale mucho más como amigo, por los aportes cualitativos a la política parlamentaria -en estos momentos, fundamental para la marcha del gobierno estatal- que como adversario en la arena político-electoral de la comarca.
Las monedas que trae en la bolsa el PRI, son pocas; pero, en una ponderación racional del paisaje tamaulipeco, valiosas.
Cantú, ha dado muchas muestras de impericia al frente de su partido.
Esta que estamos viendo, podría ser la de mayor fatalidad en su carrera y su liderazgo.
¿Qué podría pasar, si el Cachorro, cumple su promesa de soslayar al tricolor el próximo año de su cuerpo de aliados?
1.- Algunos cuadros dirigentes del PRI en los municipios, verían como opción ganadora a MORENA. Esta posibilidad, crece cuando el PRI, no ofrece expectativas ganadoras. No es tan mecánica, ese fenómeno, pero en otros escenarios la militancia priista ha actuado de esa forma.
Es decir: el PAN, estaría trabajando para MORENA al centrifugar a grupos de simpatizantes de su centro de atracción.
2.- El Cachorro, estaría generando condiciones para que los diputados guindos, se transformen en una aplanadora en el Congreso local, con el apoyo de los parlamentarios priistas. Aún con números precarios -70 u 80 mil votos en el estado- el PRI obtendría probablemente dos curules por la vía de Representación Proporcional.
Esos representantes populares, se infiere, se distanciarían de los proyectos parlamentarios de un panismo que sueña con seguir maniatando -después del 2024- a la IV T desde la Legislatura.
3.- Varias alcaldías, hoy en manos del PAN, podrían pasar a manos de MORENA o de otros partidos -incluyendo a algunos personajes independientes-. Ayuntamientos como Tula, Jaumave, Miquihuana, Burgos, San Fernando, y otros, fueron a parar a manos de los azules, justo por el soporte de los votos del priismo.
4.- El tesoro electoral tricolor, tiene un peso específico mayor, del que el panismo les otorga. Sin el PRI, el PAN verá transformarse el amigable escenario en los municipios y en Congreso local, en un entorno sociopolítico adverso.
5.- El vuelco más significativo, que trae consigo la garrafal pifia del Cachorro, es la pérdida de gobernabilidad en el Congreso. Se convierte en un elemento de mayor relevancia, por el mando menor pero definitorio, de su grupo parlamentario. Sin esa herramienta que les da una potencia como oposición, el PAN, será un partido al agua.
Y MORENA, claro: gracias al cachorro -y no a sus dirigentes que duermen el sueño de los justos-, se transformará en la más vigorosa corriente política en Tamaulipas.
Muy probablemente, por esos berrinches del panista Cantú, en este momento, en este escenario, penden de un hilo los Fiscales -y los miembros del Poder judicial- que tanto siguen sirviendo a Francisco García Cabeza de Vaca.
Una lección más: en política, no sólo se triunfa con aciertos propios…
…también se gana, con errores de los adversarios.