LOS HECHOS/ EL PRIETO EN EL ARROZ

POR José Inés Figueroa Vitela

El balance en la recuperación del marco jurídico, desde su fuente, resulta favorable a todas luces, como ayer se pudo constatar, en torno de la conmemoración del 106 aniversario de la promulgación de la Constitución del país.

Lástima, por quienes mal la administran.

“La independencia judicial no es un privilegio de los jueces, es un principio que garantiza una adecuada participación de justicia para hacer efectivas las libertades y la igualdad de las y los mexicanos”.

¿Qué libertad?, ¿cuál igualdad?, ¿en quiénes mexicanos?, se habrán preguntado los tamaulipecos al escuchar el discurso de la Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La única garantía que extienden es a la impunidad, el abuzo y el despojo.

La omisión del máximo órgano jurisdiccional, para sancionar las faltas a la Constitución y el amparo de sus dos jueces federales sembrados en Reynosa, son los que han brindado el manto de impunidad al exgobernador y sus cómplices, en todos los delitos que cometieron y siguen cometiendo, enquistados en áreas estratégicas del corrupto andamiaje de procuración y administración de la justicia local.

Fuera de ese “prieto –no es pequeño- en el arroz” constitucional, el recuento de la efeméride dejó constancia de avances correctivos en la escena central.

Antes de la ceremonia conmemorativa en el Teatro de la República, en Querétaro, el Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR estuvo al cierre del pleno de la Conferencia Nacional de Gobernadores, celebrado a unas cuadras, en el Palacio de la Corregidora.

En ambos eventos, con sus pares, el doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA volvió a encontrarse con el Jefe del Ejecutivo Federal, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, de quien había sido anfitrión, en Victoria capital, dos días antes.

“Estamos trabajado juntos todos”, recordó AMLO en torno de la toma de la foto oficial, con la que concluyó la jornada de la CONAGO, eligiendo al oaxaqueño SALOMÓN JARA CRUZ como nuevo Presidente y anfitrión de la siguiente plenaria emplazada para el 21 de marzo próximo.

En la tierra de DON BENITO JUAREZ GARCÍA, el Benemérito de las Américas y en la celebración de su natalicio.

El Mandatario tamaulipeco aplaudió la recuperación de la Carta Magna, remontando las desviaciones impuestas por el periodo neoliberal, hasta regresarla a su espíritu original, de lo que como Senador, en no pocos temas fue parte.

De marco histórico, incidencias, voluntades y políticas aplicadas se nutrió el discurso presidencial.

Desde el aliento y hasta presión al Constituyente, por parte de los líderes revolucionarios, para dejar impreso en el documento rector los principios de libertad de conciencia y manifestación de ideas, democracia, legalidad, división de poderes, Estado laico, protección a la dignidad e integridad de las personas.

Libertad, Justicia y Soberanía, pues, todo lo eso de lo que adoleció la dictadura porfirista.

Contra aquello, vendría el periodo neoliberal (1983-2018), calificado por el Presidente como “el neoporfirismo”, caracterizada por el imperio de la corrupción, el afán de lucro desmedido, la modificación de principios y normas de la Carta Magna, hasta casi despojarla de su letra y espíritu original.

36 años de reformas antipopulares, entreguistas y contrarias al interés publico, legalizando, por ejemplo, la venta de empresas públicas, bancos, ejidos, minas, concesiones y contratos de petróleo, electricidad, telecomunicaciones.

Se privatizaron ferrocarriles, puertos, aeropuertos y hasta las cárceles –aquí la seguridad y la videovigilancia-; se limitó la gratuidad de la educación pública y aumentaron impuestos a consumidores, mientras condonaban a grandes contribuyentes.

Igual la deuda privada de los potentados se convirtió en pública, se entregó a particulares el manejo de las pensiones de los trabajadores y hasta las guarderías del IMSS. Se redujo el salario mínimo, se practicó una democracia simulada operada por empleados de los poderes económicos nacionales y extranjeros.

Prácticamente no hubo reforma alguna que fuera en beneficio del pueblo, recordó ANDRÉS MANUEL.

Contra todo eso han sido las reformas animadas desde el 2018 que inició la Cuarta Transformación bajo las premisas de la honestidad y el humanismo.

Así se decretó como delito grave la corrupción; se expidió la Ley de austeridad republicana, la de extinción de dominio para devolver al pueblo lo robado, se proscribió la devolución de impuestos, se eliminó el fuero al Presidente, se impuso la Revocación de Mandato, la Consulta Popular, el voto directo para elegir dirigentes gremiales y la cobertura a la salud universal, las pensiones y becas se elevaron a rango constitucional.

Los cambios al marco jurídico seguirán, en beneficio del pueblo, hasta devolver toda la grandeza de su humanismo original a la constitución, garantizó el Presidente.

En lo local también ya inició la reversión a todas las aberraciones hechas desde el Congreso, mientras el PAN lo controló, hechas para el despojo y la agresión a los ciudadanos, en beneficio de quien mal gobernó durante el pasado sexenio el Estado.

Por allá, el diputado Presidente de la Cámara Federal, producto de las concertacesiones del pasado, que no del voto ciudadano, el panista SANTIAGO CREEL, mandó mensajes “de reconciliación”, aclamando a la “unidad para el progreso”.

Esa corriente, cuando habla de “progreso”, se refiere a sus cuentas personales y propiedades y la “unidad” que buscan, es el volverse a subir a la competencia electoral, cuando los ciudadanos, sus víctimas, cada vez aumentan en número, brindándoles el rechazo.

La elección del próximo 19 de los corrientes –en dos domingos- será una respuesta contundente a sus miserias; la candidata del PAN, de acuerdo a las encuestas, se ha mantenido en una dinámica de disminución, hasta reducir a la condición de “minipartido” a su instituto político.

Ahora que se reunió con los Siervos de la Nación tamaulipecos, compañado de la Secretaria de Bienestar ARIADNA MONTIEL y el Secretario de la Defensa Nacional, el Presidente LÓPEZ OBRADOR recordó por qué tiene toda su atención y apoyo puestos en Tamaulipas y los tamaulipecos.

El gobernador es una persona excepcional; un hombre con principios, ideales honesto; un hombre íntegro, lo que le hacía falta a Tamaulipas, definió, tras volver a ponderar el valor de este pueblo que supo sacudirse el lastre del mal gobierno panista.

“Yo estoy muy contento con eso”, compartió y auguró grandes y mejores tiempos para el Estado.

En las próximas semanas, también dejó dicho, regresará a la refinería Madero, donde seguirán las inversiones multimillonarias hasta dejarla totalmente recuperada, produciendo al cien, combustibles.

Y a la frontera también vendrá pronto, igual para cumplir a cabalidad el compromiso de instalar en Nuevo Laredo, la Agencia Nacional de Aduanas, entre otras acciones de desarrollo regional.

Que así sea.

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