POR José Inés Figueroa Vitela
GERARDO PEÑA FLORES está empeñado en hacer la diferencia, como Presidente de la actual Legislatura Local.
Rompiendo cartabones, personalmente, de entrada, en un llano ejemplo, ya se le ve igual sirviendo los tamales en el Día de la Candelaria a los periodistas, sus convidados, como lo ha hecho en otros eventos, con los trabajadores del Congreso y alguna otra reunión con miembros de la sociedad civil.
O concitando a las preguntas “ácidas”, con sectores profesionales, como lo hizo en Nuevo Laredo con el foro del derecho, o en Victoria, ayer, con líderes de opinión, reunidos en el tradicional desayuno de los martes, de los Diálogos en Claroscuro.
Siempre en el entendido que, como en la Cámara, hay visiones, convicciones, filias o fobias, coincidentes y/o discordantes, en las que todos los posicionamientos son respetables, aunque no se compartan.
Su lema, “no hay tiempo qué perder”, igual aplica al hecho de que esta, la legislatura en la que le tocó coordinar a la fracción mayoritaria panista y presidir el órgano de gobierno del Congreso, tendrá solo dos años de ejercicio, en el ajuste para hacer coincidir la siguiente elección legislativa con la municipal y la federal intermedia.
Como incidirá -la premura-, en otros planes y proyectos de corte personal e institucional, en el plan político-ejecutivo superior del que forma parte, dentro del PAN, su partido.
“En un periodo y tres semanas del segundo, hay un cúmulo muy importantes de iniciativas presentadas como grupo parlamentario y presidente, como de las otras fracciones y grupos resultando ser una legisladora muy productiva no solo en volumen, sino en calidad”, dice.
Refrenda el compromiso de origen, por presentar solo acciones posibles, cumplibles, ejecutables, pero sobre todo que generen valor agregado al estado. Que no fueran ocurrencias, que tuvieran substancia, y ahí la llevan con altibajos harto conocidos.
Las comisiones especiales para reformar de manera integral la Constitución de aquí al año entrante, en que se cumple el centenario de su promulgación y alentar una Convención Nacional Hacendaria, que derive en mayores recursos federales para el Estado, son parte medular de los objetivos por cumplir.
Las razones le sobran y las trae al dedillo en sus exposiciones.
Los temas de la modernidad no existían hace un siglo cuando se expidió la carta magna tamaulipeca y que solo se regresen al terruño 19 centavos de cada peso que el Estado aporta a la federación, cuando hace menos de medio siglo eran 47 centavos por peso, la balanza, parecen argumentos sólidos.
Pero aun antes de llegar a esos campos, que significar avanzar a 25 centavos por pesos, al menos y de suyo serían un aumento del 25 por ciento, en la mesa una fórmula de ganar-ganar, para la federación, con el solo hecho de regresar el mismo porcentaje de lo que el estado aumentara la recaudación federal, sobre el monto crecido, en una sola exhibición anual.
Es decir, que si la federación aumenta este año el 20 por ciento de su recaudación en Tamaulipas y ello significan 50 mil millones de pesos más en sus harcas, regrese al Estado 10 mil millones en las asignaciones del año siguiente, fijando una nueva base para el reto del año siguiente.
En números cerrados, aquello fue lo que sucedió entre el 2 mil 18 y el 2 mil 19, con lo que Tamaulipas estuviera aspirando a ejercer este año casi un 20 por ciento más de presupuesto propio, si aplicara la fórmula aquella.
Pero elevada la propuesta a nivel nacional, la federación dispararía sus ingresos de manera considerable, alentando la incorporación de causantes omisos, con el auxilio de los estados, que accediendo a mayores fondos, potenciarían su desarrollo, que es precisamente el desarrollo nacional.
Así, simple matemática, dinámica, sin mayores acotaciones políticas y partidistas, empujando el crecimiento nacional; solo falta que el gobierno y la cámara federales se sacudan eventuales telarañas y se pongan a trabajar de manera coordinada.
Salvados los partidismos, todo tiene que ver con la desconfianza imperante, de todos contra todos, y la necesaria confianza, para avanzar en todo.
Así en el tema de la seguridad, donde el líder del Congreso Local celebra los avances concretados en el actual gobierno estatal emanado de su partido y condena a quienes se resisten a verlos, especialmente aquellos que por sus roles sociales están particularmente informados.
Para bien o para mal, una cosa son los hechos consumados y otra la percepción ciudadana.
Y es que por sobre las detenciones, sofocamiento de manifestaciones del delito, esclarecimiento de crímenes, pacificación de las carreteras, engrosamiento de las fuerzas de reacción, en cada uno de los apartados, cada que se presenta una reincidencia, el ánimo social vuelve a recaer.
Los anuncios de capacitación y habilitación de más elementos, escrupulosamente valorados por los sistemas de control y confianza, recién se toparon en Victoria con las disputas entre elementos, presuntamente adictos y relacionados con el delito, que derivaron en variados asesinatos.
La captura y recaptura de “objetivos prioritarios”, generadores de violencia, igual se ha topado con los “daños colaterales” presuntamente causados por las propias fuerzas del orden, en hechos sin aclarar satisfactoriamente ante la opinión pública.
Por eso el tema sigue siendo “confianza”.
De ello versaron algunos otros temas compartidos entre el diputado presidente, PEÑA FLORES y los empresarios, académicos, profesionistas, comunicadores y lideres de opinión, en el encuentro de ayer en Victoria capital.
Igual recogió propuestas específicas que se propuso ampliar para animar la eventualidad de reformas legislativas, abundando en detalles con los promoventes, los diputados y funcionarios del Congreso relacionados con tales temas.
Incluye la efectiva participación social en abono a la pacificación del estado; las alternativas para reactivar los apoyos a la micro, pequeña y mediana empresa frente a la ausencia de recursos federales en esos campos y la búsqueda de candados para que las grandes empresas privilegien los contratos con los sindicatos del Estado, en lugar de, como se viene haciendo, firmen en México capital con gremios sin presencia local, que solo vienen a llevarse la riqueza del Estado.
El tema de las proveedurías institucionales, para brincar el añejo vicio de las empresas sexenales o trieniales, que alientan suspicacias de corrupción y acotamiento de la cobertura presupuestal tuvo un trato incipiente, para dejar algo al siguiente encuentro de esta naturaleza.
Al fin y al cabo, GERARDO PEÑA, se declara puesto y dispuesto a hacer la diferencia.
Ejemplar, la celebración del octavo aniversario de la Casa de Desarrollo Integral DIJAC, en Victoria capital, bajo los auspicios de la orden Discípulas de Jesús, que con muchas limitaciones, pero la generosidad divina y social, desinteresada, despliega una labor sin parangón, al servicio de las mujeres en condiciones de vulnerabilidad.
De su esfuerzo y trabajo, han surgido no solo muchos proyectos de vida exitosos, sino otras corrientes de solidaridad social que vienen abonando de manera efectiva a lo que pomposamente se llama la reconstrucción del tejido social y no es otra cosa, que reivindicar las oportunidades por tanto tiempo negadas a amplios renglones de la sociedad.
Ojalá los voluntariados se sigan multiplicando y el orden institucional converja de manera más sólida para ampliar los alcances de estas gestiones, que con una fracción pequeña de lo mucho que el Estado destina a estos menesteres, multiplica en mucho los resultados.
La sesión ordinaria semanal del Congreso Local ayer se celebró entrada la tarde, para dar oportunidad a los diputados morenistas a ir a su pleno nacional de pares.
De ello ya habrá oportunidad para abundar en próxima colaboración.