POR José Inés Figueroa Vitela
El tiempo se nos vino encima y ya los actores políticos, andan desesperados por definir su participación en la contienda.
El partido MORENA, lanzó su convocatoria para la selección de los candidatos a diputados federales y senadores; esta semana se hará el registro de los aspirantes de mayoría y del 20 al 25 de noviembre se hará, respecto de los plurinominales.
Desde yá, en el acto, surgió el nombre de la Secretaria del Trabajo, OLGA PATRICIA SOSA RUIZ, quien aparece puntera en las más recientes encuestas de corte estatal, perfilándola a tomar la estafeta de su partido.
Obvio, cuando se alude a su perfil, en automático caen otros nombres e intenciones que se andaban barajando, incluidas aquellas que en el pasado reciente también hicieron mucha alharaca y fueron rebasadas por la realidad que nace en el ciudadano.
Podrán anotarse cuantas personas aspirantes quieran, pero partiendo de la base del método de selección anunciado en la convocatoria, con todas las previsiones también ahí expresas, las cuentas desde ahora resultan concluyentes.
De la elección presidencial, entre las oposiciones, los tironeos están a la orden del día, disputando el segundo lugar, que presupone los escaños de primera minoría y las plurinominales en cámaras y ayuntamientos.
Más allá de Tamaulipas, donde son letra muerta, los del PAN enfrentan la posibilidad de que Movimiento Ciudadano les dispute la segunda posición en la elección presidencial, en la eventual postulación del gobernador con licencia de Nuevo León, SAMUEL GARCÍA, o el ex canciller derrotando por CLAUDIA SHEINBAUM en el proceso interno morenista, MARCELO EBRARD.
En esa competencia por el “jugoso” segundo sitio, a nivel doméstico se suma el Partido Verde Ecologista, que en la coalición parcial con MORENA y PT, reservaría la del Senado para ir solos, precisamente con una elevada posibilidad de conseguir el escaño tamaulipeco del pacto federal, como primera minoría.
Como quiera, no faltan quienes quieren seguir jugando las del Tío Lolo.
RAMIRO RAMOS SALINAS, no ha ganado una elección constitucional, a cualquiera de los niveles de los cargos de elección popular.
Solo fue diputado local, en alguna ocasión, por la vía plurinominal, y aunque desde entonces, cada qué hay un proceso, se ha apuntado, no se la han dado, o de plano ha declinado a la candidatura que le han ofrecido, por algún motivo desconocido.
Presumía siempre, que dentro de la estructura del PRI había ocupado todos los cargos, de la base, hasta el estatal, pero de elecciones públicas, donde se involucre el voto ciudadano, nada.
Deberá escoger mejor a los adversarios, si lo que quiere ahora, es volver a los escaparates públicos y finalmente entrar a la competencia electoral.
Dijo, en reciente monólogo a través de su cuenta de red social, que los problemas de Tamaulipas empiezan en el Congreso y de ahí se ha contaminado todo; es la primera vez que le denoto ignorancia, complacencia y/o complicidad.
Se estará mimetizando con los socios panistas de su partido, de lo que él y otros muy pocos priístas, se habían salvado hasta las vísperas.
Cuando la ley y las instituciones, fueron forzadas para apuntalar las agresiones y despojos del exgobernador de triste memoria -metiendo en una era de oscurantismo la cosa pública estatal-, la clase política tradicional calló y metió la cabeza bajo la tierra.
A todo mundo tenía aterrorizado con la amenaza de meterlos a la cárcel, abriéndole procesos judiciales a quienes consideró no se someterían a sus mandatos.
Ahora que los diputados morenistas y sus aliados -sorteando la complicidad corrupta de los jueces federales, extendiendo amparos a granel-, están encontrando la ruta para sanear el marco jurídico y las instituciones jurisdiccionales de que se valió aquel, resulta que “es una contaminación”.
No cabe duda que, en un afán inconsciente de volver a los reflectores -desconocen su nula posibilidad en esa ruta-, se siguen poniendo en el lado incorrecto de la historia, desde donde se ha agredido y se pretende seguir haciéndolo, al individuo tamaulipeco y al ente estatal, llámese gobierno, o estado.
Los “RAMIROs” de temporada, en el pecado llevarán la penitencia.
Ni RAMIRO, ni CHECO, ni EDGARDO, ni MAYRA y ahora tampoco CARLOS SOLÍS, han entendido que sus alianzas con el PAN, pero sobre todo, la adopción de las praxis de sus adversarios de antaño, caracterizadas por la mentira y la cobardía, han mantenido la constante decreciente de sus simpatizantes, hasta estar en la antesala de su desaparición como partido político.
RAMIRO -y ningún otro priísta-, no va a ser el candidato a Senador de la Coalición opositora, porque esa concesión se la dieron a los CABEZA DE VACA, ante quienes permanecen como tapete, manchado y hediondo y esa, es la garantía de que ni el escaño de primera minoría han de mantener, consumándose como los enterradores del PRI.
Casi un siglo de historia tirado a la basura, por la cobardía de entregarse a un delincuente consumado, sin hacer gestos ni pronunciar lamentos.
¡Síganle echando!… ya no será por mucho tiempo.