- El tenista español jugará su final número 14 en Francia, una ronda en la que nunca ha perdido
Ciudad de México.- El español Rafael Nadal jugará su final número 14 en Roland Garros, una ronda en la que nunca ha perdido, después de que el alemán Alexander Zverev se retirara por haberse torcido un tobillo; este fue evacuado en silla de ruedas y entre lágrimas.
Tras unos minutos en el vestuario, Zverev regresó a la pista apoyándose en muletas para saludar al público.
Los dos tenistas habían sobrepasado las tres horas de partido y el español acababa de igualar a seis juegos el segundo set, tras haber ganado el primero por 7-6 (8).
Nadal reconoció que, pese a la alegría que supone alcanzar una nueva final, no podía ocultar su tristeza por el retiro de su rival en esas condiciones.
«Es duro verlo así, estoy triste por él, ha jugado un gran torneo, ha luchado por ganar un Grand Slam y no podrá conseguirlo por ahora. Lo lamento mucho», dijo.
El español reconoció que el partido fue duro -«tres horas y ni siquiera se cerraron dos sets»- y reiteró su pena por el retiro del alemán: «Para mí es un sueño, pero acabar así es un poco triste. Es un momento difícil para mí ver así a Sascha».
El alemán, semifinalista la pasada edición, había plantado cara al español, que no demostró el mejor juego desde su llegada a la tierra batida de Roland Garros.
Zverev tuvo hasta cuatro opciones de apuntarse el primer parcial y en el segundo no dio muestras de ceder contra Nadal. El partido se disponía a afrontar un segundo juego de desempate cuando ocurrió la desgracia.
Fue en la bola en la que el español empató a 6. Zverev trató de llegar a la misma, pero un pie se le quedó enganchado en la tierra batida y se dobló el tobillo de forma espantosa.
Los gestos de dolor helaron la grada, hasta ese momento muy favorable al trece veces campeón. El jugador alemán se retorcía de dolor sobre la arcilla y el propio Nadal acudió a consolarle.
Las lágrimas de Zverev eran elocuentes y su retiro en silla de ruedas daba pocas esperanzas de que pudiera regresar en condiciones de competir.
Lo hizo apoyado en dos muletas para escenificar su retiro, saludar al público y recibir una gran ovación por su coraje. Se iba lesionado, pero tras haber obligado a Nadal a poner en práctica su mejor juego.
El español, el día de su cumpleaños 36, algo que el público le recordó con un «cumpleaños feliz» antes de empezar, se convierte en el segundo finalista más veterano de la historia del torneo, solo superado por el estadounidense Bill Tiden, que tenía 37 cuando alcanzó esa fase en 1930.
Si el domingo levanta su decimocuarta corona, será el ganador más mayor, superando a su compatriota Andrés Gimeno.
Comenzó lluviosa una tarde que no se esperaba el desenlace tormentoso que tuvo.