El papa Francisco invitó a los fieles que acudieron al Ángelus a rezar por las víctimas del atentado terrorista del viernes en el norte del Sinaí egipcio, en el que murieron 305 personas y más de un centenar resultaron heridas.
“Me ha provocado un gran dolor la noticia de la masacre en la mezquita del norte de Sinaí. Sigo rezando por las numerosas víctimas y heridos y por toda esa comunidad tan duramente golpeada. Que Dios nos libere de estas tragedias y apoye todo esfuerzo de quienes obran por la paz, la concordia y la convivencia”, dijo el pontífice.
Egipto ha sufrido este viernes el peor atentado de su historia. Ya son 305 los fallecidos, entre ellos 27 niños, y al menos 128 los heridos en el atentado con bomba el viernes contra una mezquita en la provincia del norte del Sinaí (Egipto), seguido de dos ataques con armas ligeras, primero contra los supervivientes y después contra las ambulancias que les trasladaban, de acuerdo con el último balance oficial publicado este sábado. El Gobierno del presidente Al Sisi, que acostumbra a escatimar cifras y datos, iba soltando la información con cuentagotas. Empezó negando que hubiera muertos, pero varias bombas en una mezquita sufí un viernes de oración y pistoleros disparando contra las personas que huían hacían imposible mantener esa versión mucho tiempo.
El ataque se ha llevado a cabo en Bir al Abed, 40 kilómetros al oeste de la ciudad de El Arish, fronteriza con la Franja de Gaza y con Israel. Una zona especialmente sensible por sus implicaciones políticas y en la que ambos países tienen puestos sus ojos aunque poco o nada se sabe de lo que allí ocurre, salvo lo que quiere el Gobierno egipcio o filtra la escasa población civil que aún resiste a pesar de los cortes de electricidad, los toques de queda y los constantes enfrentamientos entre terroristas y fuerzas de seguridad