Ciudad de México.- El índice de positividad de las pruebas de COVID-19 que se aplican en México aumentó de 39 a 42 por ciento, informó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.
Este es uno de los indicadores que utiliza el semáforo de riesgo para conocer si aumentan los contagios de coronavirus SARS-CoV-2, al mostrar qué porcentaje de las pruebas PCR dan un resultado confirmatorio de la infección.
Al dar a conocer este aumento, el subsecretario lo atribuyó a las fluctuaciones de dicho valor “que hemos tenido a lo largo de octubre y lo que llevamos de noviembre”.
En cuanto a las estimaciones sobre la epidemia, López-Gatell mencionó que, aunque se contabilizan un millón 6 mil 522 casos, a través del índice de positividad se calcula que ya habría un millón 166 mil 165 contagios acumulados de febrero a la fecha.
Además, se informó que en nuestro país se acumularon 98 mil 542 muertes; en comparación con el día anterior, este domingo se reportaron 283 defunciones más.
En este momento hay siete estados con indicios de un repunte de SARS-CoV-2, de los cuales Durango, Chihuahua y Aguascalientes son los que tienen la mayor ocupación hospitalaria de atención al virus.
A pesar de las estadísticas, el encargado de la estrategia de Salud señaló que en el tema de mortalidad «se observa de momento» una reducción de dos por ciento entre las semanas 44 y 45.
Sobre la vacuna contra COVID, el subsecretario dijo que es inviable invertir a corto plazo en una red de ultracongelación para el manejo del antídoto que desarrolla Pfizer, el cual requiere temperaturas de almacenamiento a 70 grados bajo cero.
Sin embargo, señaló que, en caso de comprobarse su eficacia, sería una de las vacunas que México adquiera y se buscan alternativas en la logística de transporte y de aplicación en la población, distintas a las formas habituales.
Respecto al desabasto de vacunas de otro tipo que se ha registrado en los últimos meses, dijo que la afectación es en la BCG contra tuberculosis, DPT o triple bacteriana y aquella contra sarampión.
Achacó al gobierno anterior el problema al señalar que se había contratado a una empresa casi fantasma, que era la única con registro sanitario para estos productos y al ser inhabilitada dejó un vacío. Ahora, el gobierno está comprando las vacunas a un fabricante global, que es el Instituto Serológico de la India.