- «Buscamos pasar de un enfoque correctivo a un enfoque preventivo, queremos desde antes evitar los actos de corrupción», detalló Raquel Buenrostro, titular de la Secretaría
Ciudad de México.- Tras el anuncio que hizo la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo del cambio de nombre, Raquel Buenrostro presentó este jueves la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, en lugar de la Secretaría de la Función Pública.
En la conferencia matutina, Buenrostro indicó que para la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno se partió del primer piso de la Cuarta Transformación que inició el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
«Queremos cambiar la mística de la Secretaría de la Función Pública para un impacto en la vida de los mexicanos», dijo Raquel Buenrostro, al explicar que el cambio de nombre fue a propuesta de la Presidenta.
«Partimos de un ejercicio que se hizo de empezar a separar el poder político del poder económico», expresó la funcionaria.
Destacó, que el gobierno está viendo por el bien del pueblo y a no actuar favoreciendo a las clases más privilegiadas.
Entre las bases de esta modificación, Raquel Buenrostro mencionó la eliminación de la condonación de impuestos, la entrega directa de programas sociales sin intermediarios, y la austeridad republicana.
«La corrupción tiene que ser erradicada porque no hay Estado de derecho, inhibe las inversiones, resta eficiencia y confianza en las instituciones, genera desigualdad en la sociedad, reduce los ingresos gubernamentales y limita el acceso a los servicios públicos», agregó.
Aseguró que la tasa de corrupción disminuyó 11%, además de la también la percepción sobre esta práctica.
«Buscamos pasar de un enfoque correctivo a un enfoque preventivo, queremos desde antes evitar los actos de corrupción (…) Debemos hacer un Trabajo con toda la sociedad, los funcionarios y el sector privado», dijo.
En esto se enfocará dicha Secretaría:
Dignificar la carrera del servidor público.
Dar acompañamiento preventivo a las instituciones y blindar programas prioritarios desde un inicio.
Modernizar la administración para inhibir la corrupción.
Consolidar compras públicas transparentes.
Transparencia proactiva.
Sumar a la sociedad y al sector privado.
Enfocar a las OIC en áreas de mayor impacto y relevancia.
Fortalecer la cultura de la denuncia y garantizar su confidencialidad.
Realizar investigaciones para inhibir la corrupción.
Combatir la impunidad.