Por Oscar Díaz Salazar
Con la misma estrategia que de manera apresurada aplica su jefe (en turno), el líder de la pandilla de la Vaca Salvatrucha, el gerente del Sindicato Industrial Autónomo de Maquiladoras de la República Mexicana (SIAMARM), Alberto Lara Bazaldua, se prepara para conservar el mando y blindar su negocio de los riesgos que implica el cambio de gobierno.
Esta misma semana se anunció que el SIAMARM vivió un proceso eleccionario para la renovación de la secretaria general, en el que participaron dos incondicionales de Alberto Lara
Lara Bazaldua ya vivió la experiencia de ser «separado» del cargo de dirigente y dueño del «Sindicato de Tito», como se le conoce a la organización gremial, en alusión a su fundador.
Recordemos que hace seis años, Alberto Lara se equivocó rotundamente en su participación política, pues fue el principal operador en Reynosa del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Baltazar Hinojosa Ochoa, y eso le trajo la animadversión de los Cabeza de Vaca, particularmente de Ismael, a quien no bajaba de pendejo, cuando lo aludía.
La impericia y desconocimiento de los achichincles del gobernador Cabeza de Vaca, a quienes comisionaron para tomar el control de un sindicato muy lucrativo, como lo es el SIAMARM, fueron las razones que permitieron el retorno de Lara Bazaldua a regentear el negocio que tuvo en calidad de accionista mayoritario, luego de organizar un nuevo reparto de utilidades y ganancias, otorgando a Francisco N la tajada mayor.
En la ausencia de Lara, se encumbró en la secretaria general a un personaje que no quiso entregar el botín a los Cabeza de Vaca, y que se creyó que era en serio eso de su elección como secretario general del sindicato. Pagó caro su osadía y su ingenuidad y terminó encarcelado por varios años.
Con la reinstalación como líder sindical, Lara se comprometió a pagar un alquiler, un tributo a ese mismo que no bajaba de pendejo, que algunas versiones señalan como de «medio kilo» por mes, hace seis años, que se actualizó a un kilo desde el año pasado. Esa es la aportación a la patria ordenada y generosa que mes tras mes hacen los trabajadores de la maquiladora, al clan vacuno. Eso sale de los cinco millones que en promedio se recaban mensualmente por concepto de cuotas.
Otro negocio que Lara tuvo que ceder complétito, en paquete, a los cabezones, fue el de los comedores industriales. Las empresas que hoy prestan los servicios en la maquiladora, -servicios que por cierto van de muy malos a pésimos-, son recomendados y pagan comisiones a los Cabeza de Vaca
Un individuo que también lleva su tajada en el negocio del sindicato de maquiladoras, es la dueña de la Asociación de Maquiladoras de Reynosa, Martha Ramos que, según versiones que no me constan, pero tampoco dudo, del sindicato de Tito recibía cien mil pesos al mes y que de ahí mismo salió para construir su casa en la colonia petrolera de Reynosa.
Asustando con el petate del muerto, con la inminente llegada de Susana Prieto a la región, la dupla Lara – Ramos operó para que las empresas que no tenían sindicato o donde había sindicato de empresa, se adhirieran al sindicato SIAMARM, en donde Alberto Lara Bazaldua hace funciones de gerente, paga tributo al dueño sexenal y paga la cuota patronal y la protección de Martha Ramos.
La amenaza de Susana Prieto de activarse en Reynosa, fue muy lucrativa para la dupla Lara – Ramos, resultando ampliamente favorecidos esos mismos que le «calentaron la cabeza» a Francisco N, para encarcelarla, violando leyes, reglamentos, procedimientos, derechos, cortesías y hasta tratados internacionales.
Muy pronto veremos si Alberto Lara y su protectora y socia, encuentran un interlocutor en el gobierno del Estado, a quien pagarle alquiler para seguir con su lucrativo negocio… O si son retirados del cargo en el que teóricamente defienden los intereses de los trabajadores, y en el que realmente atienden las necesidades de los patrones.