Por: Chano Rangel
Ha comenzado la lucha electoral del 2021, los piquetes de ojo, sacar l lengua e injuriar a los adversarios políticos ha sido un matiz con mucho arraigo en nuestro país. La diáspora política del gobierno federal, está en cada estado comandada por los súper delegados, que hacen de su virreinato y verdadero principado.
Para muchos empresarios, periodistas, políticos opositores, ya es sabido que la Unidad de Inteligencia Financiera, es el brazo ejecutor y gatillo para atacar a los enemigos y conservadores, esos que según el mismo presidente se oponen al cambio verdadero, engendrado en la 4T.
El coordinador de la UIF, Santiago Nieto, fue un fiscal, corrido por Peña Nieto, y que encontró refugio en López Obrador, y hoy por hoy, es su gatillo y fusil para atacar a los adversarios políticos y no solo esos, sino a todo aquel que se atreva a cuestionar las accione de gobierno lopezobradorista.
La más reciente incursión del órgano inquisidor, es contra el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, donde a través de la revista Proceso, filtran la información que debería de ser confidencial y dada a conocer solo a los implicados, respetando siempre el debido proceso y los derechos humanos del acusado, algo de los que el presidente López Obrador tanto presume.
Los ataques al mandatario tamaulipeco están plagados de tintes campañeros y electorales, Tamaulipas es un estado donde Morena ha sido arrasado en 2 ocasiones, en 2018, donde el PAN ganó 33 de 43 alcaldías y con todo el agregado que en la boleta electoral, venía el nombre de López Obrador, como candidato a la presidencia de la república.
Ni esa popularidad, que era aún más que hoy en día, pudo evitar que sus alfiles perdieran en Reynosa y la mayoría de las ciudades importantes de la entidad. Y por si fuera poco, en el 2019, en el relevo del congreso local, Morena, fue vapuleado y arrasado en las urnas, acción nacional gano 21 de 22 distritos, convirtiéndose en un carro completo para el panismo tamaulipeco.
Pero los números no le dan al presidente que a toda costa trata de minar al electorado bajo viejas y arcaicas formas de política, que parecieran transportarnos a las épocas de Díaz Ordaz y Luis Echeverría. Las etapas más oscuras del priismo en el poder.
Las diferencias políticas han pasado al grado personal, el gobernador y el presidente están en una lucha de poder, Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, han sido escenario de batallas mediáticas, dejando claro y como lo aceptan el presidente, las diferencias son públicas y ambos lo saben.
Esto apenas comienza, el estiércol comenzará a inundar las distintas regiones de la entidad, y los engallados morenos, tendrán que comer los sapos electorales, porque las acciones de un gobierno fallido, serán consecuencia de los resultados del 2021.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
Desde la semana pasada, con el encendido de Pino de Navidad, por parte de la alcaldesa Maki Ortiz e invitados, Reynosa se encuentra de lleno en las fiestas decembrinas, sin embargo son festejos diferentes, derivado de la contingencia sanitaria.
Con la llegada del frío, diciembre y sus posadas, también llegan nuevos brotes de covid-19, hechos que prenden los focos rojos y alertan a la autoridad municipal, que toma medidas preventivas para salvaguardar a toda la población.
El edil Ortiz Domínguez, ha sido precisa en su llamado a la población, a no bajar la guardia, y hacer de estas festividades de fin de año, acciones responsables de convivencia y unión familiar.
Seguir con la sana distancia, lavarse las manos y usar el cubre bocas, es una de las mejores herramientas, para seguir aplanando la curva de contagio, que en esta temporada invernal, ya se preveía un posible aumento en el número de casos.