Por: Chano Rangel
Mire en estos días me he dedicado a analizar, ver y entender, la bases de una diferencia ideológica marcada en el México de hoy, diferencia que se atiza y se exalta desde Palacio Nacional. Cada día millones de bot, fake news, trols, atacan a los que pensamos diferente. Pero se esconden en el mar de perfiles de redes sociales.
Su leguaje es muy parecido. Los grafólogos, lingüistas y aquellos que se dedican a estudiar las diversas formas de lenguaje y escritura, podrán coincidir que los argumentos y palabras, son las mismas en todos los ataques, al parecer a los creadores de los ejércitos de cibernéticos, no se les prende en foto de la creatividad.
A periodistas como Carlos Loret, Ciro Gómez Leyva, Raymundo Riva Palacio, Pablo Hiriart, se les dejan ir con toda saña por sus columnas y comentarios, difundidos en los medios nacionales y extranjeros, la argumentación de estos ataques, es ser adversarios del sistema, de la 4T, específicamente. Y con palabras fuertes, altisonantes y hasta agravios familiares, son atacados.
Los perfiles su usted les pone atención, son fotos de carros, changuitos, paisajes, comics, en un 95% y solo un bajo porcentaje, exhibe su perfile personal, quedando claro el origen del ataques a cualquier opositor.
Porque le comento, desde hace algunas semanas, la guerra cibernética, se desato en Tamaulipas, en Reynosa por ejemplo, como por arte de magia, aparecen páginas y perfiles, que atacan la administración municipal, cualquier comentario que la alcaldesa Maki Ortiz, realiza, ya sea en su cuenta personal o publica, se desata un andanada de ataques sin rostro y con perfiles poco confiables.
Las palabras usadas son las mismas, la diatriba, el encono, la frustración se siente en este tipo de comentarios, pero siempre ocultando su rostros, solo denostando, mostrando claramente, que esos perfiles, cumplen un rol de ataque, y son usados de manera sistemática.
Estos mismos perfiles de changuitos y fotos de autos, atacan a los “adversarios” de la 4T, como si necesitara enemigos, porque si de algo de deben de tener cuidado, son de ellos mismos, su desorden y rivalidad, empiezan a salir a la luz pública. Para muestras Javier Jiménez Espriu, el secretario de medio ambiente Toledo, German Martínez, y demás que se han bajado del barco, por no compartir las ideas populistas.
Estos mismas páginas de redes sociales, han empezado una campaña de desprestigio en contra del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, todos los días, no hay video, nota o comentario que comparta en sus redes sociales, cuando de inmediato, salen los perfiles de carritos, changuitos, comics y paisajes a atacar, y que cree el lenguaje es el mismo.
Con palabras altisonantes, grosería e insultos, es como estos perfiles, hacen gala de su exquisito lenguaje. Pero mire, todos parecen ser de un mismo lugar, las palabras son las mismas, el lenguaje parecido ¿usted qué opina?
Las benditas redes sociales, como les decía el presidente en campaña, han dejado de ser del agrado de mandatario, ahora las ataca, y hasta a propuesto su regulación con leyes mordaza, ahora que a través de estas, se dan los comentarios y puntos de vista, que tanto molestan al inquilino de palacio nacional. Pero también a través de ellas, sus chairos y ejércitos, denigran y sin piedad a los que piensan diferente.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
El alcalde de San Fernando, Pepe Ríos, continua el trabajo arduo de la administración municipal, ayer se dio cita, en algunos puntos, donde se ponen en marcha el programa de “cuartos dormitorios” para personas con problemas de hacinamiento y en estado de vulnerabilidad.
Estas obras, que se dan directamente a las familias necesitas, serán más de 50 en el municipio, beneficiando con un cuarto de material al mismo número de familias, que no tendrán que desembolsar un solo peso, para su construcción.
Con este programa, el edil, Ríos Silva, mantiene la firme convicción de ayudar a los más necesitados y con ello, dar a las familias, una oportunidad de vida mejor, con acciones concretas y sin miramiento de colores partidistas.