Por: Chano Rangel
Como verdad de Perogrullo, nace la lealtad en la política, si la vida le hubiera sonreído, Javier Jiménez Espriu, hubiera sido secretario de transportes hace 18 años, pero tampoco gano la elección, Andrés Manuel, y los sueños se esfumaron. El tiempo pasó y la lealtad de ingeniero Jiménez, siempre estuvo a toda prueba, hasta que le dio el síntoma de German Martínez, Carlos Urzúa y demás, que han aventado el arpa, porque su paciencia ni dio para más.
También se pierden por la insensatez, en este gobierno, claro está que las ideas del ejecutivo, son únicas y con carácter de innegociables, una batalla de más de 8 meses, para la argumentación y las razones, que al final gano quien ostenta el poder, el presidente, esa guerra solo era cuestión de tiempo, Jiménez Espriu, la tenia perdida.
Ahora las fuerzas armadas, son albañiles en Santa Lucia, operadores de vuelo, policías municipales, policías estatales, guardias nacionales, y próximamente vistas aduanales y expertos en comercio exterior, además de sistemas arancelarios.
Si bien es cierto, las fuerzas armadas han sido leales, con el comandante en jefe, así puesto en la constitución, la personalidad que ostenta el presidente de la república, dentro del orden castrense. También cierto será reconocer que su creación se desvirtuado los últimos 15 años, en funciones y operaciones dentro de su rango constitucional.
Pero la máxima ley en México, es la voluntad política, ahí caben todas las afrentas, todos los perdones y por si fuera poco, queda espacio para el oportunismo, como pasa con el uso e información de la pandemia y emergencia sanitaria, por la que atraviesa el país.
Pero la guerra interna entre radicales y moderados, parece no tener tregua en la 4T, por un lado Manuel Bartlett, en otro el senador Ricardo Monreal, y en calidad de oportunismo, Mario Delgado, desde esa línea, por ejemplo, se han perdido la lealtad en gran medida, el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla y el tabasqueño, que han enfrentado al doctor Hugo López-Gatell, y han alzado las voz, reclamar cuentas claras. Pero nadie le hizo caso, y las rechiflas al presidente n su tierra natal, no gusto al mandatario, y los hilos de la lealtad se rompen y se ciñen con tanta fuerza, que romperlos requiere un mínimo esfuerzo.
En este rompecabezas político, parece ser, que los leales y amigos, se van yendo poco a poco, y en su lugar aparecen personajes salidos de la nada y con muy poco que aportar, para una política errática, se necesita un cerebro frio y pensante, pero en esta administración aún no lo vemos.
La lealtad se acaba, en la incertidumbre de la política, nada es eterno, y las casualidades no existen, nunca habrá lugares vacíos y el poder, siempre tendrá una vara de mando, por consiguiente, se pierden las lealtades, entonces sí que hay problemas en el barco.
De Aquello y lo demás…
Ayer se dio el programa de sanitación de taxis y transporte público en Reynosa, por instrucciones del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, se dieron cita, personal de Coepris y personal de salud, para colaborar en la desinfección de las unidades de transporte público.
Muchos acudieron al llamado, ya se había hecho días atrás, con vehículos particulares, donde también tuvo gran demanda la tarea de prevenir y a la sanitación, de unidades de transporte personal y las familias reynosenses, acudieron al llamado de las autoridades estatales, con un amplio sentido de responsabilidad.
La nueva normalidad necesita indiscutiblemente de la participación de todos los tamaulipecos, y la responsabilidad ciudadana, debe de quedar manifiesta, solo así nuestro estado se recuperara más prontamente de esta pandemia.